09 febrero 2007

Misión cumplida

Años después, siento el mismo pellizco al ver una imagen de los magrebíes encerrados en el convento de San Francisco para exigir papeles y garantías laborales al Gobierno y a los patronos de la fresa. Son ocho hombres, sentados en la escalinata que conduce al altar del templo moguereño, de los que sólo uno observa al fotógrafo con una mirada que a día de hoy sigue atravesando el papel de pura viveza. La instantánea forma parte de un resumen gráfico del fenómeno de la inmigración centrado en Andalucía, y que aparece, a modo de epílogo, en el libro Odiseas. Al otro lado de la frontera: Historias de la inmigración en España de mi amigo y compañero de mesa Eduardo del Campo, recién publicado por la Fundación José Manuel Lara y cuya lectura les recomiendo encarecidamente... Era por el año 2001. ¿Recuerdan aquel encierro? ¿Y los que le sucedieron en la capital en busca de ‘papeles para todos’, ese lema olvidado por la izquierda española? A renglón seguido, en el libro salen las fotos de la marcha que organizaron —con el respaldo de la CGT y el SOC— justo al inicio de la siguiente campaña fresera, en protesta por verse desplazados del tajo tras la contratación en origen de polacas y rumanas. Recorrieron Moguer, Palos; y llegaron andando hasta Huelva. Les estoy hablando, en definitiva, del álbum olvidado de principios de siglo de esta provincia, que ahora se recupera para el mejor público por uno de los máximos exponentes del nuevo periodismo andaluz, un profesional de la verdad pura y dura que, a sus 34 años, ya se ha pateado medio mundo para poder brindarnos una valiente síntesis de lo que ha visto, con sus ojos o a través de los de sus entrevistados, a un lado y al otro de ese «abismo socieconómico de 14 kilómetros de ancho» que él sí puede atravesar sin problema en ferry por 30 euros, «pero que a los viajeros clandestinos sin visado les cuesta mil arriesgando la vida en patera». Cinco testimonios brutales y su privilegiada experiencia como reportero de EL MUNDO durante el último quinquenio le han servido a Del Campo para armar un documento excepcional que, desde su arranque, fuerza a una reflexión mesurada del ciudadano sobre el tsunami humano que podría desatarse en cualquier momento a escala mundial. «Habré alcanzado mi meta si al menos un solo lector que se sumerja en estas Odiseas mira después alrededor con otros ojos. Más comprensivos», concluye Eduardo en el prólogo, antes de narrarnos los cinco años de viaje de Albert Yaka, un Ulises camerunés que, tras sobrevivir al lumpen y la corrupción africana, sigue cantándole a la vida desde su pisito alquilado en Jerez de la Frontera. Misión cumplida, compañero; misión cumplida.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 9 de febrero de 2007

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8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Comparto contigo tu preocupación y abatimiento por este drama de la emigración.Recuerdo en uno de mis viajes a Marrueco, a la llegada a los suburbios de Casablanca, la cantidad de antenas parabólicas y en el hotel las cadenas de TV que se veían ( Canal Sur, Antena Tres, Tele Cinco´, etc,etc...
El verdadero efecto llamada es los medios de comunicación y aquí, España los partidos políticos tirándose los trastos a la cabeza echándose la culpa unos a otros del dramático problema que nos pone un nudo en la garganta a los ciudadanos de a pié.
Mientras los yacimientos pretolíferos, las minas de las diferentes materias primas que nos son imppresindibles para nuestro "bienestar" sean de las compañias multinacionales, que mantienen gobiernos títeres en África esto no tiene solución.
La verdader

09 febrero, 2007 15:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Desde luego, el nudo en la garganta es inevitable ante las desventuras de tanta gente que no es culpable de nada. Pero no nos engañemos: el verdadero efecto llamada es que muchos europeos viven de la sopa boba que son la multitud de subsidios de que disfrutan. Sólo así se entiende que prefieran no trabajar y vivir del cuento, ante lo cual vienen los extranjeros a cubrir puestos de trabajo. Si no, es inexplicable que en España sigamos teniendo 2 millones de parados desde hace diez años y en cambio hayan entrado más del doble de extranjeros. He sido empresario y por tanto empleador, y las ganas de trabajar que traen la mayoría de inmigrantes son muy superiores a las que muestran los jóvenes nacionales. Es un tópico muy grato a cierto "progresismo" culpar a las multinacionales, pero en este caso creo que tienen poco que ver. Y aparte de la indolencia de tantos conciudadanos nuestros, es escandalosa la sobreprotección a la agricultura y ganadería europea y estadounidense: es el principal freno al desarrollo de las economías más débiles. Cada vaca europea recibe como subvención más de lo que supone la renta disponible de un africano medio. Esto no lo fuerzan las multinacionales sino los agricultores europeos (sobretodo franceses, como el inefable Bové)que son un 5% de la economía europea y acaparan más de la mitad del presupuesto de la UE.

Pero ningún gobierno se va a atrever a meter mano ni al PER en España, ni a los falsos "inválidos" holandeses o alemanes, ni a quitarle algo a las vacas para dárselo a los africanos, ni a dejar de subvencionar a los cultivadores de cereal de USA.

10 febrero, 2007 01:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ortega tienes más razón que un santo. ¡Ya esta bien de la vagancia de tantos parados y de la desvergüenza de los chupópteros habitantes del mundo rural!
Desde aquí mi apoyo a los empresarios, que llevan ya años ofreciendo desinteresadamente a los inmigrantes unas dignas, y cada vez mejores, condiciones de trabajo.
Tambien agradecer la ingente labor de las empresas multinacionales que con sus esfuerzos y su dedicación diarias en el Tercer Mundo hacen posible el fortalecimiento de las economias de esos paises y el desarrollo social de los pueblos.

10 febrero, 2007 17:02  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Está bien, anónimo, me has convencido...la próxima vez que a los dos días de contratarlo, un joven español me diga que "es que este trabajo cansa mucho", o falte al trabajo dos días sin motivo, o se duerma tres días seguidos, en vez de pensar que es un vago irresponsable y despedirlo, lo haré fijo y le pondré un masajista, no vaya a estresarse. Y a los trabajadores extranjeros, en vez de contratarlos como hago, con las mismas condiciones que a los españoles, los pondré a currar por la mitad de sueldo y los tendré en barracones, así la realidad coincidirá con la imagen que algunos necesitan de las empresas.

Por cierto: un saludo al mundo rural de Huelva, donde me consta que se está trabajando mucho y bien y con visión de futuro. Conozco algunas empresas agrícolas onubenses y están en primera linea, con gente capacitadísima.

Así que, anónimo, no me desvíes los tiros hacia dónde no disparo

10 febrero, 2007 22:08  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ortega, no te confundas. Yo no voy de broma. Yo estoy contigo. Con los empresarios. Con los que crean riqueza y generan puestos de trabajo.
Yo, al igual que tú (supongo), soy una persona seria. La ironía la dejo para los progres.

10 febrero, 2007 22:47  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Anónimo: esto último ¿es ironía al cuadrado o no?. En cualquier caso, yo creo que la ironía es necesaria siempre, no debo ser tan serio. Yo no estoy con los empresarios por lo mismo que no estoy con los jornaleros del campo, los dentistas o los cabos de la Guardia Civil, porque el porcentaje de buenas personas e hijos de perra es semejante en todos los colectivos.

Una nota para nuestro anfitrión Manuel: ¿al entrar en estas polémicas contravenimos alguna norma no escrita de los blogs? Yo creo que esto da vidilla pero igual sólo damos el coñazo. Es que éste es el único en que he participado...

10 febrero, 2007 23:04  
Blogger Manuel María Becerro ha dicho...

Vía libre. A mí me entretiene mucho, la verdad, aunque anoche, en el último duelo de espadachines, confieso que estuve viendo el Betis-Sevilla. Saludos. Esta tarde vuelco el Rompecabezas de hoy.

11 febrero, 2007 10:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Amigo Ortega. En serio. Yo contigo.

11 febrero, 2007 11:52  

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