Los coetáneos

Anda muy confiado el PSOE de Aljaraque y de Huelva en general en que, a partir de mayo, volverá a gobernar al otro lado del puente. La mayoría de los militantes y simpatizantes socialistas concluyen que, con la marcha del popular Juan Manuel Orta de la política municipal y la proclamación de David Toscano como rival, el reto de Corrales resultará aún más sencillo de lo que cabía prever, hasta el punto de que a estas alturas simplemente sería ya cosa de ir deshojando el nuevo calendario, puesto que, en pleno estallido de la primavera, llegará ese Rocío electoral en el que todos sueñan con que el delegado provincial para la Igualdad y el Bienestar Social, José Martín, sea llevado en volandas por los votos de sus convecinos hasta la poltrona, donde siempre que quisiera podría llevarse hasta 2019. La gente del Partido Socialista no duda ni por un instante de que cada paso que han dado ha sido al frente. Incluso cuando se tomó la decisión de cortar al portavoz municipal Paco Huelva, quien, en principio, parecía que aquel 25 de mayo de 2003 se había ganado una segunda oportunidad como candidato al quedarse a un tris de armar el taco rompiendo la mayoría absoluta del PP junto a IU y PA. Pero el PSOE va a por todas esta vez, luego no hay error posible. La prueba del nueve sería que ahí está de número dos la incombustible Petronila Guerrero, una mujer que llegó a coquetear abiertamente a principios de la legislatura con la Presidencia del Parlamento andaluz y que, en aras de la paridad, seguirá en el machito hasta que le dé la real gana. Si baja al ruedo de la política municipal es para hacer una faena de aliño y dedicar sus esfuerzos a otros menesteres mucho más importantes... ¿Quién duda entonces de que los socialistas van a arrasar ante esa lista del PP, de la cual también se da por hecho que saldrá el concejal de Urbanismo, Casto Pino? Pues permítanme que les diga una cosa, sin pretensión alguna de parecer o ser cenizo: que los más confiados no pierdan de vista el flanco más joven. Que tengan mucho cuidadito con esa amplísima horquilla de votantes que cuenta con entre 18 y 30 años, muchos de lo cuales conocen infinitamente mejor a un tío como Toscano que a Pepe Martín o incluso que a la propia Petri. David se ha ganado entre sus coetáneos —con todo el merecimiento del mundo, por cierto— una fama de buena gente que podría depararle más de uno y más de dos votos absolutamente inesperados. No sé, pero tengo la impresión de que quizá ahí encuentren su explicación las vergonzantes subvenciones de la Junta a bares y odaliscas locales... Ojo, pues, con el muro generacional.

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 10 de enero de 2007