27 diciembre 2006

El puñetazo

«Si le han paralizado el proyecto es porque él se lo ha dejado paralizar». Tal y como lo oyen. Me lo aseguraron la última vez que estuve charloteando sobre el carpetazo político que le pegó el secretario general del PSOE de Huelva, Javier Barrero, al macroplan turístico auspiciado por el compañero de El Granado Juan Manuel Burga, aquél en el que que se contemplaban cerca de 3.000 viviendas para segunda residencia, algún que otro hotel de lujo, un centro hípico, dos campos de golf de 18 hoyos cada uno, un centro deportivo de alto rendimiento, el primer Aqualón del Andévalo y hasta un puerto deportivo a orillas del Guadiana donde poder ir con tu piragüita o tu moto acuática cada fin de semana. Todo surgía en medio de una conversación con un antiguo alcalde y dirigente del PSOE de Huelva, uno de esos socialistas de lanza en astillero que lo saben todo intramuros del partido. Y él al menos lo tenía clarísimo: si el alcalde granaíno hubiera soltado el puñetazo encima de la mesa en su debido momento, el secretario tercero de la Mesa del Congreso de los Diputados jamás habría tenido valor para —a raíz de un titulín aparecido en la portada de El País— convertir los anhelos de ese pueblecito dejado de la mano de Dios (observen si no cuántas veces se lo confunde con El Almendro) en el peor ejemplo del urbanismo salvaje ¡en esta provincia!... Burga optó por el silencio más disciplinado, y no me quiero ni imaginar lo que le debieron de pitar los oídos hace mes y pico cuando el presidente de la Junta, Manuel Chaves, aprovechó un acto del partido para prometer a la sociedad andaluza «flexibilidad» en la aplicación del famoso POTA (Plan de Ordenación Territorial de Andalucía) cuando los macroproyectos urbanísticos sean de «interés general»... ¿Lo que paralizó Barrero en El Granado no habría sido quizá un buen proyecto para la comarca más paupérrima de toda la Unión Europea de los 25? E insisto: que nadie diga que aquello es zona LIC sin saber al menos que prácticamente toda la Sierra también tiene ese mismo sello de calidad medioambiental, que no es obstáculo para que se siga edificando a uña de caballo. Ah, ¿que es para soltar linces y águilas imperiales criados en cautividad de aquí a unas décadas? ¡Pero si entre la Consejería de Medio Ambiente y la Unesco van a seguir aumentando alegremente la anchura del Parque Nacional! Qué quieren que les diga: ojalá 2007 traiga un poco de justicia para ese páramo que abarca a media provincia. Y alcaldes valientes, que suelten los puñetazos que sean necesarios para garantizar el futuro de sus pueblos.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 27 de diciembre de 2006

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