Al menos tres opciones

Del acto de clausura el pasado domingo de la escuela de formación organizada por Juventudes Socialistas, que se celebró en el mítico albergue juvenil de Cantero Cuadrado y tuvo como estrella invitada al flamante secretario provincial del PSOE, Mario Jiménez, ha pasado bastante desapercibido un detalle nada baladí, al menos para los devotos (ya sea por vocación o por hábito) de esto de las nuevas tecnologías que todo lo pueden. En la crónica que nos ofrecía hace 72 horas el compañero Francisco Ruiz Roldán, se subrayaba que las JJSS que dirige mi amigo de Facebook Francisco Baluffo «quieren que se abarate la tarifa de acceso a internet para buscar la equiparación con el resto de países europeos, y que se mejore la calidad de las líneas». Hasta el pasado 9 de marzo, todos ustedes recordarán que lo que prometía a los andaluces el secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, Manuel Chaves, era una conexión universal y gratuita a la red de redes con «al menos» un megabit de potencia. Ahora, los del filial socialista dicen que les vale y les sobra con una factura abaratada y una mejora cualitativa del servicio (¿no está eso ya garantizado en un mercado libre y competitivo?), por lo que podríamos aventurar varias hipótesis de trabajo. La primera (y quizás la verdaderamente preocupante), que ni siquiera los militantes más jóvenes y menos desengañados del PSOE creen que se vaya a cumplir a corto o medio plazo este concreto compromiso electoral adquirido la primavera pasada entre el confeti y las cámaras de televisión por el jefe del Gobierno autonómico y líder regional del partido. Si no, el mensaje reivindicativo al uso tendría que ser otro bien distinto, tipo «las JJSS quieren que definitivamente navegar por internet sea un derecho de tod@s l@s onubenses que no le cueste a nadie un solo céntimo, como garantizó Chaves a todo el (o la) que viviera por debajo de Despeñaperros, y que el ADSL público tenga al menos no uno, sino dos megas de velocidad». Una segunda opción es que los jóvenes socialistas estén optando definitivamente por el pragmatismo tras renuncia implícita a la engorrosa utopía, esa cosa como de pana de la que sólo pueden hablar ex revolucionarios que digan que corrieron delante de los grises cuando casi nadie iba a la Universidad. «Que los gobiernos prometan lo que quieran, que aquí estaremos los jóvenes con los pies en la tierra»; ése sería el lema. Cabe al menos una tercera posibilidad, enternecedora: que nadie de los que han estado organizando esa escuela estival de formación supiera que, en la era del canon digital, el programa electoral del PSOE recogía por escrito no la rebaja, sino la supresión de tarifas para un servicio de calidad. En tal caso, alguien debiera responder el viejo aforismo latino: quid custodiet custodes?

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 28 de agosto de 2008