¿Tiene algún sentido mantener un organismo como la Mesa Antitransfuguismo (no, señor mío: ésta no es una columna contra los que jamás veremos la ría de Huelva recuperada)? ¿Cuál es su virtualidad? ¿Cuánto nos cuesta a los españoles su magra producción, aunque haya que medirlo exclusivamente en términos de pérdida de tiempo? ¿Quién necesita que le definan como antidemocráticos algunos casos de libro, por mucho que lo puedan discutir dialécticamente sus promotores? Ahora algunos ponen el énfasis en que, en la última reunión de los partidos con el Ministerio de Administraciones Públicas, el PP se cargó de cinismo para asegurar que
Manolo Moreno o
Francis Martín Carrellán no tenían ni idea de que
Diego Valderas hubiera desautorizado el pacto de sus concejales en Bollullos, de modo que se ha tenido que suspender el pronunciamiento de la Mesa hasta un próximo encuentro donde el dossier de prensa sea más abultado. Sin embargo, lo más destacable de la cita del lunes fue sin duda el reconocimiento expreso por parte del secretario de Política Municipal en la ejecutiva federal del PSOE,
Antonio Hernando, de que desde Ferraz llevan meses pidiéndole a los compañeros andaluces y onubenses que den de baja al alcalde de Jabugo, el ex andalucista
José Luis Ramos, y que «están tardando demasiado» en adoptar medidas al respecto. ¿Para qué demonios esperamos entonces resolución ninguna? ¿Qué más da lo que se concluya con el expediente bollullero si precisamente el que lo impulsa no le ha tocado aún ni un pelo a ese regidor suyo que lleva ya un año gobernando ni más ni menos que con el cabeza de lista del PP en 2007, en un ayuntamiento que suma ya 24 meses siendo tratado a cuerpo de rey por todas las instituciones gobernadas por los socialistas, incluidas las ministeriales? En esta democracia y en esta provincia, demostrado está desde hace décadas que los únicos que pueden hacer algo efectivo contra los tránsfugas son los votantes; lo cual tampoco es lo habitual, porque hablamos de poblaciones pequeñas en los que si, por ejemplo, hay cinco concejales montaraces, lo más normal es que al menos uno sea tu hermano, tu primo segundo, tu concuñado o tu amigo del alma y que por ello estés al tanto de lo que está sufriendo día tras día y todo lo que ha tenido que pasar durante meses esa criaturita política para hacerse valer dentro del pleno municipal y fuera también, frente a los
aparatos de su partido. Son estos últimos los que mantienen esa decorativa (más que decorosa) Mesa Antitransfuguismo, para sacar resoluciones a medida con las que poner en marcha el ventilador y dejarlo prendido hasta que eche humo. Pero ¿a quién le interesa que esa gente siga discutiendo sobre la sexualidad de los ángeles y otras gárgaras? Cierre ya.
1 comentarios:
Lo que paso en El Cerro es un ejemplo de dignidad y coherencia. Como dice manuel, algo muy poco comun
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