18 diciembre 2008

Coser y cantar sin preocupación


Hay quienes piensan que una hipotética designación de la diputada nacional Fátima Aburto como candidata al Parlamento Europeo, más que una enorme alegría, constituiría un enorme problema para el PSOE de Huelva. ¿Por qué? Por varias razones. En primer lugar, porque los socialistas de aquí (como los de Villarejo del Espartal, provincia de Cuenca) no las tienen todas consigo de cara a las elecciones continentales, no tanto en cuanto a sus resultados como en lo que se refiere al porcentaje de participación ciudadana movilizable. En plena cuesta arriba de esta crisis económica, con el paro desmadrado y el sombrío ministro Pedro Solbes pidiendo boleto, desde luego que no se prevé mucha ilusión cívica en la cita con las urnas. A contramano, la apuesta histórica por una candidata onubense obligaría a la organización a movilizarse a nivel provincial como nunca antes, para que no sea la representante de la tierra la que termine asumiendo la alícuota en la pérdida de votantes. He aquí el segundo problema: el PSOE a día de hoy sigue interiorizando los cambios orgánicos que se han precipitado durante los últimos meses y probablemente no sea éste uno de los mejores momentos para afrontar una campaña electoral con las exigencias de siempre. Quizá valga un ejemplo al uso para entender mejor lo que estamos diciendo: a Mario Jiménez, el nuevo secretario general de los socialistas onubenses, lo siguen buscando como a un lazarillo para que se moje en la resolución de cuestiones intestinas con las que, a estas alturas, él ya no tendría que estar manchándose las manos. Para eso nombró a Ignacio Caraballo secretario de Organización, ¿no? Sin embargo, entre que éste no es ni tan rápido ni tan eficaz como aquél en ese tipo de cometidos orgánicos y que Caraballo está demasiado absorbido por la gestión de la Diputación (qué sería de Petronila presidenta sin el ex alcalde de Chucena al lado, se oye susurrar por los pasillos), cada vez que surge un follón triguereño al que le vienen con los espárragos sigue siendo hoy día Mario. Hasta que la militancia no asuma los cambios en los roles, la acción política de la organización seguirá lastrada, y las europeas están aquí al lado, a la vuelta de la esquina. La enorme ventaja del PSOE es el aliento del voto de castigo a Mariano Rajoy entre los sectores más críticos del PP, que puede inflar de votos a la UPyD de Rosa Díez y Fernando Infante, que van a tener en el profesor Francisco Sosa Wagner todo un estilete para abrir paso al sentido común que todos echamos de menos a diario en tantas cosas. Por eso pienso, en contra de algunos, que el problema de mandar a Bruselas a Aburto sólo es el de sus suplentes para el Congreso de los Diputados. Nunca antes se vio tanto miedo a coser y cantar.



Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 18 de diciembre de 2008

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