23 abril 2009

Del Gobierno de Griñán

Lo mejor del nuevo Gobierno andaluz es su presidente. Lo peor, las ataduras territoriales para configurar el gobierno, que se ven claramente en el Ejecutivo cerrado la tarde pasada.
Por criterios puramente técnicos, de mérito y capacidad, sólo se produce un cambio: el de la lega Evangelina Naranjo por su delegada provincial granadina, la abogada Begoña Álvarez, al frente de Justicia y Administración Pública. Una consejera que, con lo que urgen ciertas reformas en la planta judicial andaluza, no tuvo el menor problema en estrenar su agenda oficial acudiendo a la feria agroganadera de Montellano, merecería ser desposeída de su rango sobre la marcha, por puro decoro institucional. Doce meses son demasiado para tanta desvergüenza política, de la que en realidad hay que culpar directa e intransferiblemente a Chaves, que fue quien la pasó de Gobernación a donde quedaba un hueco libre, por eso de los equilibrismos internos.
Huelva mantiene a su consejera, la medioambiental Cinta Castillo, así que mañana Mario Jiménez se felicitará de la confianza depositada, y Pepe Juan Díaz Trillo, y Barrero, y Petronila, y todo el que pueda llamar a Europa Press con la certeza de que le sacarán la nota de prensa. Toca celebrar que todo siga exactamente igual, aunque ahora ésta sea la única provincia que maneja sólo una consejería. Repetiré aquí lo que le dije el otro día a un antiguo cargo público del PSOE de Huelva: ahora que Jaén pierde influencia en el aparato institucional (con Zarrías en los madriles), es cuando van a lamentar los socialistas onubenses no tener autovía que nos conecte con la provincia de Cádiz o directamente con Alcalá de los Gazules. Porque ¿quién se asoma políticamente a Huelva si tiene que pasar primero por Sevilla, donde tantas cosas hay siempre que hacer? El primer trayecto, para gente pragmática como son los políticos (más aún los gaditanos), es siempre una pérdida de tiempo, un engorro, un error.
A ver si cala el mensaje de Griñán de la exquisita equidistancia con todos los medios informativos y por fin Cinta me concede esa entrevista que el compañero Pepe Fiscal me dio su palabra de que tendría antes del verano pasado. Por eso sí que creo que puedo alegrarme: no tengo que reiterar la petición, porque siguen el jefe de gabinete y la misma gente en prensa. Esa deliciosa breva caerá, aunque sea más tarde que pronto. Pero lamento por el PSOE de Huelva, en términos generales, lo acontecido en las últimas horas del 22 de abril de 2009. Si no hay ahora mismo otra consejera o consejero choquero (un segundo, o un primero) quizá sea porque se haya mirado y no se haya visto a gente con la altura suficiente para asumir tanto poder responsablemente.
Arde la cera del socialismo onubense. Quien no lo vea no lo entenderá.

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