La trama del puticlub
Adelantamos en El Mundo que, según escuchas telefónicas ordenadas por un juez e informes de la Policía Judicial, personal de confianza del alcalde y senador de Baena, el socialista Luis Moreno, emitía facturas falsas desde el Ayuntamiento baenense y, con lo recaudado, se iban a Marbella a gastar «grandes cantidades» en un puticlub llamado Milady Palace, donde —según precisan las transcripciones de la Guardia Civil— trabajaba una brasileña «alta» que está «muuu buena», hasta el punto de tener encandilado a uno de los funcionarios corruptos.
Luis Moreno (que, a juicio de la Policía Judicial, parecía estar «al tanto» de las corruptelas) afirma en una rueda de prensa que todo es una «trama» montada por IU y que él «por supuesto» que desconfía de la Benemérita porque sus agentes «son personas» y los informes que le involucran políticamente en esa trama ilegal son «subjetivos».
Lo dice el lunes por la tarde. Es jueves y todavía nadie del PSOE o del Gobierno ha desacreditado esta versión oficial de guardias civiles coadyuvando a empurar a inocentes ayuntamientos socialistas. El subdelegado del Gobierno en Córdoba, Jesús María Ruiz, dice que no hablará del tema ni bajo torturas (así se cisquen en sus agentes), y el secretario general de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, se niega a valorar el contenido de las escuchas hasta que El Mundo no regale a sus lectores un CD con las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil. No le vale ni el sellito del Ministerio del Interior arriba de las transcripciones.
El rizo se riza con la negativa de la mayoría parlamentaria del PSOE de que hoy, en la sesión de control del Gobierno andaluz, se admita como pregunta de máxima actualidad una valoración política sobre el caso. Chaves gana dos semanas de margen, a ver si escampa. De momento, los cortafuegos informativos territoriales funcionan, pero sólo en Canal Sur, la Ser y El País. Se apela al respeto rigurosísimo a la misma actuación judicial que se pone en entredicho con acusaciones kafkianas contra la Guardia Civil.
El más listo (por algo lleva ahí, en primera línea de playa, la ristra de años que lleva) es Manolo Gracia, el portavoz parlamentario del PSOE: «Mire usted, yo no pongo la mano en el fuego por nadie; por nadie». Lo dice y reitera un dirigente socialista cordobés «amigo» de Luis Moreno, como este último admitía dolido en la rueda de prensa del lunes... ¿Alguien en su sano juicio puede creerse que Gracia tampoco pondría la mano en el fuego por el presidente de la Junta de Andalucía en un caso similar o bastante menos chusco? He ahí lo insostenible de este senador del Reino de España que reclama públicamente «un monumento» al partido que le está dando la espalda para que en las fotos sólo salga con sus empleados y concejales. Al menos por una cuarentena, tal como se recomienda hacer con los apestados.
Luis Moreno (que, a juicio de la Policía Judicial, parecía estar «al tanto» de las corruptelas) afirma en una rueda de prensa que todo es una «trama» montada por IU y que él «por supuesto» que desconfía de la Benemérita porque sus agentes «son personas» y los informes que le involucran políticamente en esa trama ilegal son «subjetivos».
Lo dice el lunes por la tarde. Es jueves y todavía nadie del PSOE o del Gobierno ha desacreditado esta versión oficial de guardias civiles coadyuvando a empurar a inocentes ayuntamientos socialistas. El subdelegado del Gobierno en Córdoba, Jesús María Ruiz, dice que no hablará del tema ni bajo torturas (así se cisquen en sus agentes), y el secretario general de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, se niega a valorar el contenido de las escuchas hasta que El Mundo no regale a sus lectores un CD con las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil. No le vale ni el sellito del Ministerio del Interior arriba de las transcripciones.
El rizo se riza con la negativa de la mayoría parlamentaria del PSOE de que hoy, en la sesión de control del Gobierno andaluz, se admita como pregunta de máxima actualidad una valoración política sobre el caso. Chaves gana dos semanas de margen, a ver si escampa. De momento, los cortafuegos informativos territoriales funcionan, pero sólo en Canal Sur, la Ser y El País. Se apela al respeto rigurosísimo a la misma actuación judicial que se pone en entredicho con acusaciones kafkianas contra la Guardia Civil.
El más listo (por algo lleva ahí, en primera línea de playa, la ristra de años que lleva) es Manolo Gracia, el portavoz parlamentario del PSOE: «Mire usted, yo no pongo la mano en el fuego por nadie; por nadie». Lo dice y reitera un dirigente socialista cordobés «amigo» de Luis Moreno, como este último admitía dolido en la rueda de prensa del lunes... ¿Alguien en su sano juicio puede creerse que Gracia tampoco pondría la mano en el fuego por el presidente de la Junta de Andalucía en un caso similar o bastante menos chusco? He ahí lo insostenible de este senador del Reino de España que reclama públicamente «un monumento» al partido que le está dando la espalda para que en las fotos sólo salga con sus empleados y concejales. Al menos por una cuarentena, tal como se recomienda hacer con los apestados.
Etiquetas: Otros temas
2 comentarios:
Por cierto ¿cuándo vas a escribir sobre la reciente construcción del puente desde El Granado a Portugal?, quizás la noticia más importante en la provincia de Huelva en lo que va de año. ¡Ah, claro! como lo inauguraron los socialistas es un tema que no te interesa y que hay que tapar.
Ayer cogí por el puente volviendo de Portugal, y me pareció ver a Loles la de Valverde toda sofocada diciendo no se qué cosas de infraestructura y de Mario Jiménez.
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