De serlo o de parecerlo
En democracia, pocas cosas debieran irritarle más a los ciudadanos que la negativa rotunda de un responsable público a aclarar en qué se está gastando el dinero de todos. Y más en medio de una crisis en la que ya falta liquidez para lo más perentorio.
Está pasando ahora mismo con el traslado de la Diputación Provincial de la Gran Vía a la plaza de las Monjas. De entrada, la presidenta de la institución, Petronila Guerrero, dice que «no toca ahora» hablar del asunto, que ella no tiene «por qué dar explicaciones» a ese respecto y que sólo «si es necesario» detallará el presupuesto, pero una vez –claro está– que sea inaugurada la nueva sede, esto es, después de consumar el gasto indiscutible.
Sólo 24 horas más tarde, el vicepresidente del Ayuntamiento de los ayuntamientos y secretario de Organización del PSOE de Huelva, el chucenero Ignacio Caraballo, resopla desahogadamente en una rueda de prensa cuando le preguntan sobre el particular: «Ufff.. De ese tema no hablo».
Lejos de tranquilizar al contribuyente, ¿no genera más suspicacias esa actitud de la número uno y el número dos de la Diputación? ¿No es excesivo que silben distraídamente incluso cuando se les pregunta algo tan fácil y urgente de aclarar como el procedimiento seguido para alquilarle a la sociedad limitada Promociones Pablo Carrasco las cinco plantas del antiguo hotel París? Es que si a este tipo de cosas le damos la consideración o el tratamiento que demanda cualquier información reservada, habrá que cuestionarse muy seriamente qué sentido tiene que los dignatarios públicos presuman luego de demócratas y transparentes en sus discursos institucionales.
Con un más lampiño que nunca ex presidente gallego Emilio Pérez Touriño –después de esa inaudita campaña electoral en la que convirtió el «siguiente pregunta» en su más socorrida muletilla–, algunos responsables públicos debieran empezar a pensarse mejor, primero, dónde se gastan esa montaña de euros que no son suyos y, segundo, cómo explicar a la gente cada inversión, porque la opinión pública tiene derecho a conocer esa información que, particularmente, me interesa mucho más que la trazabilidad garantizada del jamón ibérico que se vende o se regala al compañero hasta en los pueblitos más recónditos y modestos de la geografía política onubense...
En definitiva, queridos, que gasten ustedes el dinero común como estimen más oportuno y conveniente, que para eso la sociedad les ha votado muy mayoritariamente elección tras elección. No cuestiono ni la competencia ni la oportunidad, pero sí rogaría que no nos vacilen (un periodista es cientos de lectores) suministrándonos discrecionalmente información tras gastar cifras inconfesables a nuestras espaldas. Sobre todo porque un partido que volvió al Gobierno al grito de ‘Queremos saber’ no puede ponerse a regatear detalles inversores, por nimios que puedan parecer; o serlo objetivamente.
Está pasando ahora mismo con el traslado de la Diputación Provincial de la Gran Vía a la plaza de las Monjas. De entrada, la presidenta de la institución, Petronila Guerrero, dice que «no toca ahora» hablar del asunto, que ella no tiene «por qué dar explicaciones» a ese respecto y que sólo «si es necesario» detallará el presupuesto, pero una vez –claro está– que sea inaugurada la nueva sede, esto es, después de consumar el gasto indiscutible.
Sólo 24 horas más tarde, el vicepresidente del Ayuntamiento de los ayuntamientos y secretario de Organización del PSOE de Huelva, el chucenero Ignacio Caraballo, resopla desahogadamente en una rueda de prensa cuando le preguntan sobre el particular: «Ufff.. De ese tema no hablo».
Lejos de tranquilizar al contribuyente, ¿no genera más suspicacias esa actitud de la número uno y el número dos de la Diputación? ¿No es excesivo que silben distraídamente incluso cuando se les pregunta algo tan fácil y urgente de aclarar como el procedimiento seguido para alquilarle a la sociedad limitada Promociones Pablo Carrasco las cinco plantas del antiguo hotel París? Es que si a este tipo de cosas le damos la consideración o el tratamiento que demanda cualquier información reservada, habrá que cuestionarse muy seriamente qué sentido tiene que los dignatarios públicos presuman luego de demócratas y transparentes en sus discursos institucionales.
Con un más lampiño que nunca ex presidente gallego Emilio Pérez Touriño –después de esa inaudita campaña electoral en la que convirtió el «siguiente pregunta» en su más socorrida muletilla–, algunos responsables públicos debieran empezar a pensarse mejor, primero, dónde se gastan esa montaña de euros que no son suyos y, segundo, cómo explicar a la gente cada inversión, porque la opinión pública tiene derecho a conocer esa información que, particularmente, me interesa mucho más que la trazabilidad garantizada del jamón ibérico que se vende o se regala al compañero hasta en los pueblitos más recónditos y modestos de la geografía política onubense...
En definitiva, queridos, que gasten ustedes el dinero común como estimen más oportuno y conveniente, que para eso la sociedad les ha votado muy mayoritariamente elección tras elección. No cuestiono ni la competencia ni la oportunidad, pero sí rogaría que no nos vacilen (un periodista es cientos de lectores) suministrándonos discrecionalmente información tras gastar cifras inconfesables a nuestras espaldas. Sobre todo porque un partido que volvió al Gobierno al grito de ‘Queremos saber’ no puede ponerse a regatear detalles inversores, por nimios que puedan parecer; o serlo objetivamente.
De 'El Rompecabezas Onubense', publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 8 de marzo de 2009
Etiquetas: Diputación de Huelva, PSOE de Huelva
1 comentarios:
Hechan de menos estos politiquillos de Huelva, edificios con grandiosidad a los que jamás alcanzaran con sus pocas aspiraciones políticas como son los de Madrid. Sus silencios bien pagados les obligan como mucho a un sillón en Huelva. Modo de solucionarlo, pues a costa del tan callado ciudadano de Huelva, alquilando edificios con esa historia choquera para cuando nos visite el de turno de Madrid se maraville.
Petro, en la sierra no hay médicos 24 horas, el vertedero de Villarrasa es un desastre y el único inspector de dipu, lo visita de noche para sumar horas extras. Las carreteras de dipu, un desastre. Los asesores bien pagaos y callaos. Zamudio, que cuando era alcalde de Isla pronunció esa frase lapidaria de la diputación es un cementerio de elefantes y ahora cobrando. El último viaje a Chile de la dipu y las mancomunidades a gastos pagados, ¿de qué ha servido?. pues de nada, vacaciones pagadas y algunos aproveharon para visitar a amigos.
En fin, haz lo que yo diga, no lo que haga.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio