05 junio 2008

A partir del millón de firmas

Les invito a hacer memoria: ¿cuándo un movimiento ciudadano de recogida de firmas ha provocado en España el impulso de una reforma legislativa como el que acaban de aprobar conjuntamente PSOE y PP hace apenas 48 horas (con el respaldo de CiU y PNV, la abstención de IU y el voto en contra de ERC, todo hay que decirlo) para el endurecimiento de las penas a los condenados por pederastia, cuyos nombres a partir de ahora pasarán a engrosar ese registro nacional sólo accesible para las autoridades policiales y judiciales que, inexplicablemente, no existía hasta ahora, cuando la revolución tecnológica ha plantado ya un ordenador prácticamente en cada casa, en la mayoría de casos con conexión a internet? Luego, ayúdenme a resolver otra pregunta menos asfixiante, a modo de Trivial: ¿quién ha sido capaz de reunir en este país un millón de rúbricas, incluso a favor de la más filantrópica causa que se les pueda venir a la cabeza? Desde que los suscriptores del ‘No’ a la OTAN descargaron los tres palés a las puertas del Congreso de los Diputados para exigir ese referéndum que terminarían ganando los otros, no se recuerda nada igual por estos lares. El hecho de que la movilización parta de Huelva, de un barrio tan humilde como El Torrejón y de una familia destrozada por el dolor de la pérdida más inesperada y dolorosa, nos debería servir de lección a todos los que nos dejamos derrotar casi a diario por el pesimismo y contra la utopía. Hay que quitarse el sombrero ante Juan José Cortés y toda su familia. Y esperar ahora que se haga justicia contra ese horrendo crimen que debería cambiar la historia judicial española.
***
Dicho todo esto, es evidente que cualquier mañana de éstas el debate sobre la cadena perpetua para estos delincuentes volverá a abrirse cruentamente. Bastará con que otro desalmado haga de las suyas con un inocente para que todos los compungidos nos llevemos de nuevo las manos a la cabeza sin saber bien qué hacer ni qué decir ante tanto mal. La discusión derivada de la desaparición y muerte de Mari Luz se acaba de frenar en seco con algún año más de condena efectiva y un severo toque de atención a las autoridades competentes, pero se mostrará nuevamente imparable en cuanto tenga la ocasión. Lo que ya sabemos es que ni un millón de firmas son suficientes para que se vuelva como un calcetín el modelo penal, celosamente reacio a cada cambio. El listón se pone, pues, a alturas estratosféricas.



Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 5 de junio de 2008

Etiquetas:

4 comentarios:

Blogger Rafael ha dicho...

Ni uno ni dos ni tres, el poder es inmune a los ciudadanos a los que sólo ve como votantes conducidos por consignas.
Hace tres años, cuando se abrió (de nuevo, mira que es cansino el tema) el debate sobre la reforma de la reforma educativa (quitar la LOCE del PP, etc.) los profesores de religión recogieron, en defensa de su asignatura, tres millones quinientas mil firmas. Ni que decir tiene que el gobierno y el arco parlamentario se las pasaron por el idem del triunfo y la prensa ni mencionó un tema taaaan poco popular.
Hay firmas que valen y otras que no, las iniciativas ciudadanas pesan lo que las nubes y huelen igual... mientras algunos políticos en realidad apestan a oportunismo sectario.

05 junio, 2008 12:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Los que firmamos contra el estatuto catalán, porque sanciona la desigualdad de los españoles, también hemos sido millones, ¿y para qué ha servido? Si los primeros que se avergüenza de las firmas son los que la promovieron. Rajao me has engañado, devuélveme mi voto.

05 junio, 2008 23:44  
Blogger Manuel María Becerro ha dicho...

Un quesito de Pursuit para el señor Rafael B.

06 junio, 2008 00:57  
Blogger Rafael ha dicho...

;-)

06 junio, 2008 18:15  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio