Tras el enésimo, que no será el último
Por partes. Me alegro absolutamente, como periodista y como demócrata, de la absolución del Odiel en la querella que le había interpuesto Democracia Nacional por el editorial sobre una fiesta que iba a organizar en Punta Umbría este partido de extrema derecha.
También me parece desmedido el tratamiento informativo que se le ha dado a la noticia. Antes, durante y después del juicio. Cada uno hace legítimamente en su casa lo que le da la gana, pero el que ya ha salido vivito y coleando de cinco procesos penales observará siempre con cierta distancia tanta euforia entre inocentes.
Tres: no sé si alguien me puede explicar el sentido y el alcance que hay que darle a las efusivas palabras de reacción del diputado nacional y vocal de la ejecutiva federal del PSOE Javier Barrero, concretamente cuando muestra su orgullo por que ese periódico «esté realizado y dirigido por gente de Huelva que son auténticos profesionales». Es que me temo lo peor...
También me parece desmedido el tratamiento informativo que se le ha dado a la noticia. Antes, durante y después del juicio. Cada uno hace legítimamente en su casa lo que le da la gana, pero el que ya ha salido vivito y coleando de cinco procesos penales observará siempre con cierta distancia tanta euforia entre inocentes.
Tres: no sé si alguien me puede explicar el sentido y el alcance que hay que darle a las efusivas palabras de reacción del diputado nacional y vocal de la ejecutiva federal del PSOE Javier Barrero, concretamente cuando muestra su orgullo por que ese periódico «esté realizado y dirigido por gente de Huelva que son auténticos profesionales». Es que me temo lo peor...
Y una más: ¿a alguien realmente le quedaba alguna duda, por mínima que fuera, sobre cuál iba a ser el sentido del veredicto? Pregunto.
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