De chiste, pero sin ninguna gracia
La peliaguda realidad económica de Huelva, tanto capital como provincia, cada día recuerda más a aquel viejo chiste del tipo que le preguntaba a su amigo qué haría si se encontrara solo frente a un miura de los antiguos, con 500 kilos de peso y de nombre 'Asesino'.
«Hombre, pues yo lo que haría sería refugiarme en el primer portal que me encontrara abierto», responde el colega. «¿Y si estuvieran todas las casas cerradas a cal y canto?», le inquiere de nuevo. «Pues nada, me subiría volando a un balcón y allí me llevaría el tiempo que hiciera falta, que tú descuida que el bicho se cansa antes que yo». «Sí, ya; pero ¿y si no hubiera balcones?». «Pues me metía debajo de un coche, qué voy a hacerle». «¿Y si estuvieras en medio del campo?». «Pues me subiría a un árbol». «Pero ¿y si no hubiera ningún árbol cerca?». «Joder, macho: pues me quitaría la chaqueta y me pondría a torear, yo qué sé». «Vale, vale... Pero ¿y si resulta que estás desnudo?». «¡Coño, tú lo que quieres es que me coja a mí el toro!», concluía saladamente el interpelado y el chiste.
A la clase trabajadora onubense —multiculturalista y globalizada desde mucho antes de que se acuñaran esos términos— también se lo están poniendo más complicado de lo que sería medianamente razonable para zafarse de la embestida. La Junta de Andalucía y el Gobierno central (el PSOE, o sea) presuponían que el obrero que haya sobrevivido a la caída del andamio, por aquello de que no se le pueden poner puertas al campo, iba a terminar recogiendo diligentemente las 250.000 toneladas de fresa que producen las tierras condales y costeras. Pero es que el propio sector agrario confiesa que no puede ni competir ni sobrevivir sin los umbrales salariales en los que se ha estado moviendo durante más de dos décadas, por lo que sigue sin ser nada atractivo incluso para los currantes patrios más rocosos.
¿Qué nos queda (aparte de la Administración pública y el chocho de la Bernarda de la política) si el turismo playero está condenado in saecula saeculorum al estacionalismo más desasosegante? Pues la industria. Y vemos salir al consejero delegado de Nilefos de la fábrica escoltado por la Policía Nacional, y a Tioxide presentando un ERE de campeonato tras los 104 despidos de rigor, y al presidente de AIQB, don Gerardo Rojas, avisando de que a la vuelta de la esquina nos esperan varias quiebras técnicas en ese burladero que siempre fue el Polo Químico, y llega la carta del Ministerio a Fertiberia. Y te imaginas en medio del campo, en bolas y con el hocico de 'Asesino' oliendo tu miedo desamparado.
Ni ha habido ni habrá jamás reconversiones económicas pacíficas. Por eso no es nuevo este drama sin paliativos. Lo inédito, históricamente, es este pasteleo sindical que podemos contemplar a diario en los periódicos y en los bares, en cuya barra también se puede leer la actualidad del día a día en muchas crónicas no escritas. Se ha perdido la referencia. Y la dignidad.
«Hombre, pues yo lo que haría sería refugiarme en el primer portal que me encontrara abierto», responde el colega. «¿Y si estuvieran todas las casas cerradas a cal y canto?», le inquiere de nuevo. «Pues nada, me subiría volando a un balcón y allí me llevaría el tiempo que hiciera falta, que tú descuida que el bicho se cansa antes que yo». «Sí, ya; pero ¿y si no hubiera balcones?». «Pues me metía debajo de un coche, qué voy a hacerle». «¿Y si estuvieras en medio del campo?». «Pues me subiría a un árbol». «Pero ¿y si no hubiera ningún árbol cerca?». «Joder, macho: pues me quitaría la chaqueta y me pondría a torear, yo qué sé». «Vale, vale... Pero ¿y si resulta que estás desnudo?». «¡Coño, tú lo que quieres es que me coja a mí el toro!», concluía saladamente el interpelado y el chiste.
A la clase trabajadora onubense —multiculturalista y globalizada desde mucho antes de que se acuñaran esos términos— también se lo están poniendo más complicado de lo que sería medianamente razonable para zafarse de la embestida. La Junta de Andalucía y el Gobierno central (el PSOE, o sea) presuponían que el obrero que haya sobrevivido a la caída del andamio, por aquello de que no se le pueden poner puertas al campo, iba a terminar recogiendo diligentemente las 250.000 toneladas de fresa que producen las tierras condales y costeras. Pero es que el propio sector agrario confiesa que no puede ni competir ni sobrevivir sin los umbrales salariales en los que se ha estado moviendo durante más de dos décadas, por lo que sigue sin ser nada atractivo incluso para los currantes patrios más rocosos.
¿Qué nos queda (aparte de la Administración pública y el chocho de la Bernarda de la política) si el turismo playero está condenado in saecula saeculorum al estacionalismo más desasosegante? Pues la industria. Y vemos salir al consejero delegado de Nilefos de la fábrica escoltado por la Policía Nacional, y a Tioxide presentando un ERE de campeonato tras los 104 despidos de rigor, y al presidente de AIQB, don Gerardo Rojas, avisando de que a la vuelta de la esquina nos esperan varias quiebras técnicas en ese burladero que siempre fue el Polo Químico, y llega la carta del Ministerio a Fertiberia. Y te imaginas en medio del campo, en bolas y con el hocico de 'Asesino' oliendo tu miedo desamparado.
Ni ha habido ni habrá jamás reconversiones económicas pacíficas. Por eso no es nuevo este drama sin paliativos. Lo inédito, históricamente, es este pasteleo sindical que podemos contemplar a diario en los periódicos y en los bares, en cuya barra también se puede leer la actualidad del día a día en muchas crónicas no escritas. Se ha perdido la referencia. Y la dignidad.
De 'El Rompecabezas Onubense', publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 15 de febrero de 2009
Etiquetas: CCOO, Ecologismo, PSOE de Huelva, UGT
1 comentarios:
Pero por qué el señor liberado de la Ugt y algún que otro de ccoo, nunca se han preocupado de todas esas bajas laborales en esas empresas del polo y en algunas otras, asín como horas sindicales y liberadas de esos señores camaradas que incluso eran nocturnas. ¿Pero es que a las dos de la madrugada hay problemas sindicales en las empresas del polo?. Que pregunten en Tioxide cuantas bajas existen. Seriedad señores de sindicatos, que por mejorar condiciones de dos, sois capaces de cargaros a doscientos.
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