Promesa huera
Ha mentido Manuel Chaves en su despedida definitiva del cargo de presidente de la Junta de Andalucía. Cuando le recordaron ayer por la tarde su compromiso de que sería una mujer quien lo supliría al frente del Gobierno autonómico, el nuevo vicepresidente tercero del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero negó la mayor, imagino que para no enfrascarse con detalles amatorios sobre lo que tiene Griñán que no tengan las otras. «No ha sido así», zanjó.
Ahora que uno no tiene que perder la mañana en la hemeroteca (porque queda a un click de distancia), se puede rememorar en un periquete la entrevista de la Cadena Ser en el último 28-F preelectoral y cómo apostó expresamente por una fémina con el sobrio argumento de que «ha llegado el momento», añadiendo «que esto es muy importante para la igualdad. Y esta igualdad hay que garantizarla y trabajarla de forma global: en la política, en el trabajo, en la familia. La igualdad no se puede parcelar en un tema como éste».
De hecho y desde entonces, Román Orozco ha formulado en la edición regional de El País todo un folletinesco serial de entrevistas a toda dirigente regional de primer nivel o no del PSOE andaluz que se mueva (disculpen la cansina e irrespetuosa acotación, pero ¿por qué ese afán de la crème sociata de ofrecer detalles de sus infancias dickenianas?) y en el que la pregunta de cajón era siempre la de si sería ella o aquélla la que reemplazara a Chaves al frente de la Administración regional.
Siento mucho, en suma, acabar rebatiendo el diagnóstico amigo de Amparo Rubiales: deshonra a la mujer y a su lucha por la igualdad quien sólo formula deseos o inclinaciones paritarias en el sprint final de sus últimas elecciones autonómicas. Y más si el referido termina negándolo todo o atribuyéndolo a su ingenuidad.
Ahora que uno no tiene que perder la mañana en la hemeroteca (porque queda a un click de distancia), se puede rememorar en un periquete la entrevista de la Cadena Ser en el último 28-F preelectoral y cómo apostó expresamente por una fémina con el sobrio argumento de que «ha llegado el momento», añadiendo «que esto es muy importante para la igualdad. Y esta igualdad hay que garantizarla y trabajarla de forma global: en la política, en el trabajo, en la familia. La igualdad no se puede parcelar en un tema como éste».
De hecho y desde entonces, Román Orozco ha formulado en la edición regional de El País todo un folletinesco serial de entrevistas a toda dirigente regional de primer nivel o no del PSOE andaluz que se mueva (disculpen la cansina e irrespetuosa acotación, pero ¿por qué ese afán de la crème sociata de ofrecer detalles de sus infancias dickenianas?) y en el que la pregunta de cajón era siempre la de si sería ella o aquélla la que reemplazara a Chaves al frente de la Administración regional.
Siento mucho, en suma, acabar rebatiendo el diagnóstico amigo de Amparo Rubiales: deshonra a la mujer y a su lucha por la igualdad quien sólo formula deseos o inclinaciones paritarias en el sprint final de sus últimas elecciones autonómicas. Y más si el referido termina negándolo todo o atribuyéndolo a su ingenuidad.
Por cierto: también hace dos Días de Andalucía, el ex presidente autonómico afirmó solemne que él no era quien debía decidir quién sería su sucesor o sucesora. Eso sí que se ha visto claro, ¿verdad? Hombre de palabra... huera.
Etiquetas: PSOE de Huelva
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