Un tablero que llama a engaño
Hace unos años le leí creo que al novelista Benjamín Prado una divertida historieta sobre dos generales de ejércitos enfrentados que, haciendo galanura de una camaradería más aristocrática que bélica, disputaban relajadamente una interminable partida de ajedrez en lo alto de una privilegiada loma desde la que podían contemplar, de reojo y a una distancia prudentísima, cómo la carne de cañón se esparcía a granel sobre el atroz campo de batalla. Después de una eternidad de bayonetazos a ras de suelo y de un intercambio largo y reflexivo de piezas entre los condecorados, coincidió que la jugada final de la partida, el inapelable jaque mate sobre el tablero de ajedrez, se produjo justo en ese mágico instante en el que cesa el crepitar de las armas y la humareda evidencia el fin de una guerra, de modo que ambos estrategas se levantaron de sus asientos, se felicitaron deportivamente por la partida y regresaron a sus respectivos cuarteles con la extraña sensación de que en realidad la batalla se había terminado resolviendo sobre esas 64 casillas y no en aquella paralela y encarnizada lontananza, removida para los buitres y la oración.
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Cuando sólo queda ya semana y media para que se abran los colegios electorales y todo quede decidido soberanamente en las urnas, tal vez estemos pecando todos un poco de esto mismo. Por acción u omisión, quizá nos dedicamos a analizar algo no tan simple ni lineal como pueda ser la realidad política onubense, andaluza y española con el prisma artificioso y subjetivo de los que contemplan el 9 de marzo como una batalla más a ganar desde un promontorio, con su telepática inteligencia. Son los mismos que mantienen que está todo el pescado vendido de antemano; no desde el debate de Pizarro y Solbes ni a partir del primero entre Zapatero y Rajoy, sino desde hace décadas. Y aunque en el PP también hay gente ducha en eso de darnos la tabarra con qué va a pasar exactamente si dentro de un par de domingos amanece un día esplendoroso y la participación no rebasa el 65 por ciento, admitamos que en Huelva los ajedrecistas del PSOE son legión, cuando al final quien decidirá realmente qué es lo que va a pasar es una sociedad civil no arrasada, pero bastante rasa, entre la que en este fin de mes hay nuevos hipotecados exangües, más tetrabriks inflacionistas, un tropel de jóvenes que se devanan los sesos para licenciarse en el paro y empresarios comprando postizos para evitar que los linchen por la calle. El tablero engaña: esto no es una partida de ajedrez. Son damas, y aún se pueden comer fichas a porrillo.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 28 de febrero de 2008
Etiquetas: Otros temas, PP de Huelva, PSOE de Huelva
3 comentarios:
Manolo, haz como yo. NO VOTES. Hasta que el PP o el PSOE no incluyan en su programa electoral verdaderas reformas (constitución, ley de partidos, ley electoral general, etc.), lo mejor es sumarse al grupo de los abstencionistas y no dejarse engañar por esta democracia minusválida que nos venden como algo grande, grandísimo. Si después de 30 años de Constitución nadie se ha atrevido a revisarla, eso quiere decir que interesa a quienes no lo hacen porque les permite mantener un status quo que se traduce en prebendas de todo tipo ¿pero has visto qué clase de personajes presentan en Huelva los grandes partidos a las elecciones? hipócritas como Pedro Rodríguez, mediocres como Cinta Castillo, vividoras como Fátima Báñez, fascistas como José Luis Rodríguez, etc. Pues eso, viva la demokrazia.
Tranquilo anónimo que Manolo sí votará, y lo hará en favor de los suyos los del Partido Popular.
Bueno Manolo ¿a que el próximo fin de semana te va a costar un poco más escribir tus artículos? Por si es así te voy a ayudar dándote un tema: ¿Para cuándo la renovación del PP en España, en Andalucía y en Huelva? Pero renovación de verdad, no como la pantomima de Aznar colocando al enchufadito de Rajoy.
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