El problema y la solución
El problema de nombrar como consejera del Gobierno andaluz a una persona que se ha labrado durante años una imagen pública a fuerza de ultraortodoxia partidaria lo estamos corroborando aquí en Huelva en el arranque de la semana. Cuando apenas llevas unas horas en el cargo, prácticamente sin tiempo para medir en zancadas tu nuevo despacho o para verificar la comodidad ergonómica de ese sillón principal, resulta que las agencias de noticias empiezan a escupir teletipos de forma compulsiva –como si realmente estuvieran bañados en veneno– con los que facilitar la constatación de que, tanto en la acera de enfrente como en la otra orilla, son muy pero que muy poquitos los adversarios ideológicos que se muestran dispuestos a concederte cortésmente ese margen mínimo de maniobra de aquí al verano (los rigurosos cien días de tregua), porque en verdad casi nadie considera que con un perfil político como el tuyo se pueda defender con garantías otro «interés general» que no sea el que dictaminen los órganos de dirección del partido al que te has consagrado en vida. Es lo que está pasando con Cinta Castillo y lo estamos viendo todos. Particularmente, y con todos los antecedentes de la susodicha que se puedan poner en pie echando una simple ojeada a la hemeroteca más reciente, tal circunstancia se me antoja tan previsible como injusta. Porque vale que se ponga la lupa a partir de ya en cada una de las decisiones de calado que hayan de adoptarse en una parcela de poder tan sensible como la de Medio Ambiente, pero esperemos al menos a que haya lugar para la controversia, ¿no? ¿Cómo se va a enjuiciar una labor cuando ni siquiera ha comenzado a desarrollarse? En cualquier caso, haría bien la máxima responsable autonómica en reflexionar personalmente sobre el sentido último de esta abundante cosecha de prejuicios, por aquello de que lo que uno termina recogiendo es siempre lo que dejó sembrado tiempo atrás. Dicho de otra forma: que dice muy poco a su favor el hecho cierto de que, al menos en principio, las carantoñas y felicitaciones efusivas por su feliz nombramiento se circunscriban en lo político a un ámbito tan reducido y ambiguo como aquel en el que lleva moviéndose desde hace más de una década con la felicidad que se les presume a los delfines. Hay que ir cambiando el chip, para marcar una distancia prudencial que, de entrada, evite confusiones gratuitas y para mejorar también el feeling con todo lo que no sea el leal compañero de filas hasta lograr que las lanzas se vuelvan cañas. Llega la hora de demostrar esa valía y esa independencia que no sólo Chaves le presupone. Lo mejor, en suma, es que tipos como Mario Jiménez no sean los que salgan a vendernos la burra.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 24 de abril de 2008
Etiquetas: Cinta Castillo, Ecologismo, PSOE de Huelva
3 comentarios:
Vaya, a lo mejor crees que Chaves debería haber nombrado como Consejeros a los independientes Javier Arenas, José Luis Rodríguez o Perico Rodri. Si es que esto es el remate, ahora resulta que los socialistas no pueden nombrar a los suyos como consejeros a pesar de haber ganado las elecciones por mayoría absoluta. Tas pasao becerro. ¡Soooooooooooo!
Yo creo que mientras el PSOE está de enhorabuena y preocupados por gobernar en el PP por el contrario, la única preocupación es montarle el pucherazo a Rajoy según el siguiente manual:
1º)Se presenta Rajoy a las elecciones sin renunciar previamente al cargo de Presidente del Partido. ESto es, desde el poder que así se controlan mejor las elecciones.
2º) Se monta el congreso en terreno amigo, en VAlencia, el territorio de Camps, uno de los barones de Rajoy. Como se puede suponer, esto incrementa las posibilidades de control para realizar fraudes en las elecciones internas.
3º) Se amenaza a todos los otros posibles candidatos con la expulsión del partido, por si acaso se les ocurra presentarse. Viva la democracia interna.
4º) Se llama a los compromisarios para que vayan a la sede a firmar los avales "de Rajoy" ¡casi ná!
En fin, este es el partido del "demócrata" Rajoy, hecho a su medida por un señor que fue nombrado a dedo por Aznar que es otro señor que fue nombrado a dedo por Fraga, que es otro señor que fue nombrado ministro por el dictador FRanco ¿capisce?
Con nombramientos con el de Soraya, lo único que demuestra Rajoy es que está frito de ideas. Ha elegido a la más mediocre únicamente porque es amiguita suya, obviando a gente del partido con mucha más capacidad y experiencia.
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