19 octubre 2008

PREMONICIONES

El Rompecabezas Onubense
Las Piezas del Puzzle
PREMONICIONES


Aunque nadie lo viera en su momento, podíamos haber intuido cómo iba a ser el adiós de Manuela Parralo a la política activa desde que se produjo aquel visionario cambio de cartelería al inicio de la precampaña electoral de las últimas municipales.
La radiante candidata, que en un principio posara maquillada y esplendorosa ante el fotógrafo oficial del partido como si su imagen fuera a salir en un anuncio de Vitaldent (recuerdo ahora que algún tontorrón del aparato andaluz logró que trascendiera que el retratista de los 770 alcaldables socialistas se había confesado fascinado por la fotogenia de la ex directora del IES La Orden), de la noche a la mañana terminó con el gesto fruncido y las ojeras realzadas —cual musa de Lars Von Trier— más por culpa de las instrucciones dadas por la dirección del PSOE de Huelva que del Photoshop, mostrándose ante el elector como una mujer igualitariamente sufrida que, si goza del derecho a acostarse cada noche en la lujosa e insegura urbanización La Dehesa de Aljaraque, era porque se lo había ganado a pulso con el honrado sudor de su frente, instituto a instituto, al igual que muchos de sus vecinos y compañeros de filas.
Parralo sale del partido encallecida, con ese gesto de complicación vital que forzaban aquellos postreros carteles electorales; magullada a conciencia por la dinámica de una organización que no entiende y que debe de pensar que, recíprocamente, no ha sabido entenderla tampoco a ella misma, aunque en las últimas horas se haya evidenciado de nuevo todo lo contrario: que la incomprensión a menudo no es inocente y que hay quienes saben alimentar la desesperación del prójimo con una displicente sordera.
En contra de Manuela ha jugado su experiencia política personal. Sabe mejor que nadie que, aunque te batas el cobre a lo largo de los años en el seno del partido, en realidad todos los nombramientos se deciden a los postres entre a lo sumo seis personas, gente con capacidad plena para auparte sobre la marcha al grupo municipal, convertirte en presidenta de facto de la Diputación en la capital e imponer —entre abucheos y portazos— el aplauso como método de proclamación de una candidatura electoral. Por eso se ha hartado de acumular indirectas y desplantes y se ha despedido a la francesa, sacando pecho de catedrática en el último renglón frente a tanto trepador sin título que hace cumbre, rubricando que «la Huelva que quiere Manuela» (la que no tuvo el valor ni la gallardía democrática de detallar a los lectores de este periódico) no se está diseñando en estos momentos en los despachos del Conquero y acaso tendrá que salir de las aulas preuniversitarias con más sudor del que se estila.
Hace tres semanas, cuando se supo que el ex delegado provincial Manuel Gutiérrez Encina también desertaba del descuajeringado grupo municipal socialista en el Ayuntamiento capitalino (para ponerse al frente de la Dirección General de Participación y Equidad en Educación de la Consejería), un amigo bien informado me aventuró: «Ahora sí que ya no dura Manuela ni un mes como portavoz municipal». Le faltó pronosticar que, 48 horas después de su mail colectivo, sería historia antigua. Y es que el suicidio político sigue siendo el anatema por excelencia.


Difícil de Encajar
LA ESTRATEGIA


A reina muerta, rey puesto. Tras su proclamación como secretario general del PSOE de la capital, Manuel Alfonso Jiménez se convierte —al menos formalmente— en el principal referente opositor al PP y al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez. Lástima (¿o jugada maestra?) que Parralo no se inmolara hace cinco meses, antes que el delegado del Gobierno andaluz dejara su acta de concejal para asumir plenamente el cargo de máximo representante de la Junta de Andalucía en la provincia. Porque el mayor problema de una crisis como la desencadenada en el Partido Socialista suele ser el efecto dominó, de modo que ahora los socialistas no sólo tienen a su nuevo referente fuera del Ayuntamiento del que nunca debiera haber salido —siempre que nos creamos lo de la soberanía del votante—, sino que, por pura lógica concatenada, ahora éste debería presentar también su renuncia al cargo de delegado del Gobierno andaluz, porque entre sus funciones no figura la de machacar a los actuales responsables del Ayuntamiento capitalino, y no se puede estar en misa y repicando. Pero la estrategia es otra: que se dediquen a pegar tiros Elena Tobar (alias La Nervense), May Benavat y Fran Baluffo y que el aparato provincial sea la que asedie a Perico. Manuel Alfonso ejercerá de puertas para adentro.


POR DEFINIR
Un enigma pendiente aún de resolver es si Manuela Parralo sigue integrando a día de hoy la comisión ejecutiva del PSOE de Huelva. O más bien, si seguirá en el aparato provincial a partir de mañana. Porque, si repasan detalladamente el comunicado que remitió la susodicha por correo electrónico en la mañana del jueves a los distintos medios informativos, podrán corroborar que ella sólo renunció de forma expresa a la portavocía del grupo municipal socialista y a su acta de concejal, pero ¿qué pasa con su vinculación orgánica al partido como secretaria de Educación y Universidades de la dirección asumida por Mario Jiménez? A ese cargo no se refirió en ningún momento la dimitida, y ella o cualquiera podría argumentar que probablemente pocos reunirán para ese puesto un perfil mejor que el de esta catedrática de instituto con varios decenios acumulados y que —vía Jaime Montaner— ha pasado por el Consejo Económico y Social de la Universidad de Huelva; aunque eso sería, claro está, en el caso de que no hubiera liado la de Dios es Cristo a 48 horas de la asamblea local… Si fuera lista, Manuela habría sido la primera en largarse del Ayuntamiento y estaría ahora en el Congreso de los Diputados o en el Parlamento andaluz. Pero no todo el mundo vale para todo. Que se lo pregunten a los que siguen en ese barco semihundido.


Piezas Perdidas


1) Oído en el PSOE: «¿Nuestro cabeza de cartel en 2011? Queda mucho aún por delante, muchachito. Pero ahora mismo todos los nombres creo que están sobre la mesa: Manuel Alfonso, Cinta Castillo o, si se quiere arriesgar, la Tobarich o hasta María José Rodríguez. ¿Petronila? Me parece que no van por ahí los tiros».




2) Con el memorión que tiene el ex presidente del PP de Huelva Curro Pérez, ¿cómo el grupo popular del Ayuntamiento de Sevilla permite que el portavoz de IU, Rodrigo Torrijos, les exija la «dimisión inmediata» del ex alcalde de Punta Umbría, José Carlos Hernández Cansino, entre otros 14 altos cargos «imputados»? Es que, aparte de que sea mentira que Hernández Cansino esté hoy día acusado de nada en proceso penal alguno (menos que menos en el caso Camas, donde jamás estuvo imputado), renunció hace año y medio a su acta de concejal. ¿Era o no para cebarse con el indocumentado de Torrijos?
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 19 de octubre de 2008

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