01 diciembre 2005

Especialidades onubenses

Si el presidente de la Junta, Manuel Chaves, decidió que hace seis días Huelva fuera el lugar donde tenía que celebrarse la convención municipal del PSOE andaluz, es porque las encuestas internas que se están manejando en los despachos de la calle La Palma y en los de calle San Vicente de Sevilla desde hace algunas semanas apuntan que la capital onubense está a tiro de piedra, y no piensan desaprovechar la oportunidad histórica de hundir definitivamente al PP en una provincia chiquitina pero decisiva y en la que, desde la entrada en vigor de la democracia, el centro-derecha se ha demostrado incapaz de terminar de organizarse territorialmente como debiera. Para terminar de configurar su vasto imperio de poder, a los socialistas andaluces les falta coronarse en los principales ayuntamientos de esta comunidad histórica o nación, que ya veremos, pero, según dictaminan los sondeos, no lo van a tener nada fácil con Teófila Martínez en Cádiz, con Torres Vela en Granada, con Rosa Aguilar en Córdoba, con De la Torre en Málaga, con Sánchez de Alcázar en Jaén o en Almería con la crisis interna del PSOE. Comparando resultados, es la Alcadía de Huelva la que, demoscópicamente hablando, más cercana está para Chaves y los suyos, que hace mes y medio se conjuraban para lograr cuatro de las ocho capitales de provincia andaluzas pero que se dan con un canto en los dientes si en año y medio logran la mayoría absoluta en Sevilla, consolidan a Pilar Sánchez como alcaldesa de Jerez y dejan para la hemeroteca el Katrina de Pedro Rodríguez.
Dicho esto, se engañan quienes piensen que, hasta la victoria final, todo va a ser coser y cantar. Lo que realmente dicen las encuestas es que, si no se acierta con el candidato, todo se puede ir yendo al garete, porque el mantenimiento o la ruptura de la mayoría absoluta del PP bien podría depender de un puñado de votos que se ganan por un apretón de manos o un abrazo sincero en vísperas de domingo. Poca gente sabe tan bien como la dirección del PSOE de Huelva que con llamadas telefónicas aleatorias no se puede medir el fervor popular que llega a desatarse en el tramo final de unas elecciones. Por eso temen tanto un último y previsible arreón de Perico. Por eso no se fían de Pepe Juan Díaz Trillo aunque no se lo terminen de dejar bien claro. El problema es que, por mucho que quieran pintarlo, no hay realmente ni un candidato ni una alternativa con fuelle que garantice un vuelvo electoral que a estas alturas se antoja ya casi obligado. En definitiva: que como José Pablo Vázquez Hierro se presente a las elecciones, en la central lechera de Chaves empezarán a echar cuentas y a plantearse si no sería mejor volcarse en otras plazas menos... especiales.

Del archivo de EL MUNDO Huelva Noticias

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