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Anuncia el PP andaluz que remite a la Fiscalía un correo electrónico enviado al grupo popular de la Diputación de Almería por un ex asesor de la institución, que acusa al PSOE provincial (que ya amenaza con querellas a diestro y siniestro) de financiarse con los sueldos del personal de confianza. Para confianza —ciega—, la de los populares en un Ministerio Público que, al menos que se sepa, no ha hecho nada con los falsos asesores pillados in fraganti antes de verano con cámara oculta.
Hablando de ceguera: ¿nadie del PP leyó hace tres meses la entrevista de El País al desahogado ex director de Desarrollo Sostenible, Diego López (antológico su «pero ¿qué sostenemos?»), cuando hablaba del «impuesto revolucionario» —el cinco por ciento de su sueldo bruto— que le descontaban «directamente» del salario? Esa revista de prensa, señores...
En Huelva todavía resuenan los ecos de aquella explosiva comparecencia ante los periodistas (¿finales de 2003, principios de 2004?) del ex alcalde socialista de Niebla, Eduardo González, cuando presentó su dimisión como asesor de la Diputación por no haber compatibilizado legalmente sus honorarios públicos con los privados (alguna forma habría de hacerlo si al ex de IU de Valverde Francisco Rodríguez Donaire los mismos servicios jurídicos obraron el milagro de permitirle cobrar al mismo tiempo la prejubilación minera de ex trabajador de MRT y la nómina de diputado provincial, ¿no?). «Yo soy de los asesores que iban a trabajar», dijo alto y claro el histórico regidor iliplense, para todo el que quisiera oírlo.
Aquello no tuvo repercusiones no ya judiciales, sino meramente políticas. O no, miento: a posteriori, es bien cierto que la presidenta de la institución, Petronila Guerrero, rechazó de entrada la liberación de falsos asesores con cargo al presupuesto, recordándoles a los más acomodados que había que fichar por las mañanas y salir del despacho a la hora del almuerzo. No sé cómo estará la cosa a día de hoy —el famoso «minuto y resultado» futbolístico—, pero aquél fue desde luego un gesto que honra a la también presidenta del PSOE andaluz. Y uno, que sin ser juez ni pretenderlo siempre quiere ser justo, lo reconoce y aplaude.
Hablando de ceguera: ¿nadie del PP leyó hace tres meses la entrevista de El País al desahogado ex director de Desarrollo Sostenible, Diego López (antológico su «pero ¿qué sostenemos?»), cuando hablaba del «impuesto revolucionario» —el cinco por ciento de su sueldo bruto— que le descontaban «directamente» del salario? Esa revista de prensa, señores...
En Huelva todavía resuenan los ecos de aquella explosiva comparecencia ante los periodistas (¿finales de 2003, principios de 2004?) del ex alcalde socialista de Niebla, Eduardo González, cuando presentó su dimisión como asesor de la Diputación por no haber compatibilizado legalmente sus honorarios públicos con los privados (alguna forma habría de hacerlo si al ex de IU de Valverde Francisco Rodríguez Donaire los mismos servicios jurídicos obraron el milagro de permitirle cobrar al mismo tiempo la prejubilación minera de ex trabajador de MRT y la nómina de diputado provincial, ¿no?). «Yo soy de los asesores que iban a trabajar», dijo alto y claro el histórico regidor iliplense, para todo el que quisiera oírlo.
Aquello no tuvo repercusiones no ya judiciales, sino meramente políticas. O no, miento: a posteriori, es bien cierto que la presidenta de la institución, Petronila Guerrero, rechazó de entrada la liberación de falsos asesores con cargo al presupuesto, recordándoles a los más acomodados que había que fichar por las mañanas y salir del despacho a la hora del almuerzo. No sé cómo estará la cosa a día de hoy —el famoso «minuto y resultado» futbolístico—, pero aquél fue desde luego un gesto que honra a la también presidenta del PSOE andaluz. Y uno, que sin ser juez ni pretenderlo siempre quiere ser justo, lo reconoce y aplaude.
Etiquetas: Diputación de Huelva, Niebla, Rodríguez Donaire
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