21 enero 2009

Seguimos para bingo

Shockeado me deja el último comentario de la sección ‘En voz baja’ del Odiel. Bajo el título ‘… y Díaz Ojeda perpetró su acto de despido’, se concluyen las siguientes cosas (no se me ocurre un apelativo mejor) y en los siguientes términos: «Política aparte, cuando alguien juega con el pan de las familias la cosa deja de tener gracia. Díaz Ojeda ha pasado de la humanidad y ha preferido que 40 familias se queden en paro a continuar con los empleados que ya tenía y todo porque fueron contratados a última hora por el PSOE. Tal vez con la moción de censura anunciada no era lo más correcto contratar a más gente, pero una vez que le buscas el pan a los bollulleros ¿merece la pena echarlos?».
Para empezar, se pretende atribuir a una graciosa decisión de aparatos partidistas una medida avalada por la resolución del Consejo Consultivo de Andalucía (ése que preside el ¿payaso? de Juan Cano Bueno y del que forman parte políticos tan partidarios del despido sin contemplaciones de simpatizantes socialistas como los ex presidentes autonómicos José Rodríguez de la Borbolla o, hasta ayer mismo, el ya jubilado Rafael Escuredo). ¿Cabe reivindicar la «humanidad» cuando semejante institución dictamina por escrito que los 40 contratos rescindidos eran nulos de pleno derecho? Un poquito de respeto, por favor. Si no a la inteligencia, sí al menos a las reglas del juego democrático.
«Y todo porque fueron contratados a última hora por el PSOE». O sea, que eso no tiene reproche alguno; se trata de algo puramente circunstancial, un detalle nimio… Como máximo, el editorialista de Odiel especula con la duda ética («tal vez») de que un alcalde que sabe que le han presentado una moción de censura y que va a ser el primero que termine de patitas en la calle en pocos días quizá (pero sólo quizá) no debiera ponerse a contratar a gente vinculada a su partido, con más tensión que Induráin en una contrarreloj.
«¿Merece la pena echarlos?». Preguntémonos más bien si un responsable municipal, tras semejante sopapo del Consultivo, puede arriesgarse penalmente a mantener intacta esa plantilla municipal (ya saben, por aquello de la prevaricación y otras menudencias). Mejor, además, asumamos el papel social de la prensa y, en vez de incógnitas, planteemos soluciones. Por ejemplo: a los despedidos, que los contraten en el chalé del Conquero siguiendo los mismos procedimientos. O si el panadero López Pérez también quiere y puede asumir esos riesgos, que lo haga en la Delegación Provincial de Medio Ambiente. Pero, con el dinero de todos los bollulleros, que no se siga jugando a salvar del hambre a 40 familias cercanas al partido, por emplear la misma jerga del Odiel.
*Nota del autor: han dejado un comentario proponiendo como enlace esta crónica del pleno de ayer que ofrecía el Huelva Información. Es muy completa. Detalla crudamente las desvergüenzas y miserias de la política local. La enlazo aquí porque creo que no se ve la dirección completa en la sección de comentarios y es una lástima. Por cierto: la información de Odiel tampoco tenía desperdicio, por recoger el diminutivo («amiguitos») que habría empleado el ex alcalde del PSOE, Carlos Sánchez, para hacer referencia, al menos, a «varios» de los supuestos beneficiarios de los 40 nuevos contratos que, según se infiere de sus palabras, ya estarían apalabrados por el PP y los ex IU. Dejemos transcurrir el tiempo, ¿ok?

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1 comentarios:

Blogger Abel Sosa ha dicho...

http://www.huelvainformacion.es/article/provincia/329976/pleno/anula/los/ultimos/cuarenta/contratos/realizados/por/ex/alcalde.html

21 enero, 2009 22:15  

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