Manuela Parralo ha ganado el primer pulso importante que le ha echado la ejecutiva local del PSOE de la capital al romper el acuerdo cerrado con Pepe Juan Díaz Trillo la noche del pasado viernes para imponer caprichosamente, con las claritas del alba, sus criterios más trasnochados. Como la princesa tiene a su alrededor consejeros inmejorables, me atrevería a decir que no puede ser casual que haya calcado, paso por paso, la estrategia del candidato socialista en Almería, el histórico guerrista Nono Amate, que con 24 horas de antelación también amagó con abandonar el barco en cuanto Martín Soler le intentó colar de rondón a varios de sus partidarios. Es lo que tiene ser cabeza de lista: si amenazas con irte para tu casa, terminas ganándote el cielo, por el simple y puro temor del aparato a una crisis interna a medio año de las urnas. Parralo ha jugado a eso, a acongojar tanto a Barrero como a Chaves, y ha conseguido todo lo que le estuvo saliendo del moño en la madrugada del sábado: por un lado, demostrar orgánica y públicamente su predilección por el aún delegado provincial de Educación, su viejo compañero de aulas Manuel Gutiérrez Limones, frente a los antiguos miembros de la guardia pretoriana de Pepe Juan (Benabat y Pepe Fernández); y, por el otro, que no le tiembla el pulso a la hora de cargarse a hipotéticos enemigos internos con futuros profesionales tan inciertos como el de Alejandro Márquez, el niño mimado de Díaz Trillo, y todo ello para mantener durante otros cuatro años en el grupo municipal a un tipo con tanta proyección política como Andrés Bruno Romero (capten la ironía, por favor), que evidentemente va a ser utilizado como ariete por Curro Moro y por más gente cada vez que haya que pegarle un buen ladrillazo (dialéctico, cómo no) a la candidata del PSOE. No parece que eso le dé excesivo miedo a Manuela. Pensará que, con levantarse e irse, quedará de lo más digna ante una opinión pública más bien desconcertada con esta forma de actuar de un representante público (¿se imaginan que lo hiciera siendo alcaldesa, o que a Pedro Rodríguez le dé ahora por irse al público en cada refriega subida de tono?). En cualquier caso, los otros grupos políticos ya saben que la candidata tiene tres flancos por los que atacarle justo ahí, donde más le duele y la pueden sacar de sus casillas: el de Andrés Bruno, el de Gutiérrez Limones y también el de Paco Sánchez, el ugetista de la Diputación. Ya lo irán viendo conforme avance la precampaña. Lo peor que ha podido hacer esta mujer es mandar al paro a Alejandro y andarse con favoritismos desmadrados. Y, por supuesto, no convencer a Rocío Allepuz de que volviera a la política. Por eso sí que se han descorchado botellas de champán en Huelva.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 22 de noviembre de 2006
Etiquetas: Curro Moro, Manuel Gutiérrez, Manuela Parralo, Pedro Rodríguez, Pepe Juan, PSOE de Huelva, UGT
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