¿UNA DOÑANITA INTOCABLE Y SIN DINERO?
LAS PIEZAS DEL PUZZLE
¿Una Doñanita intocable y sin dinero?
El señor Aibar avala su denuncia esgrimiendo un informe técnico elaborado por un perito agrícola donde se confirma fehacientemente que, en todo este tiempo, en el parque granadino no se ha hecho nada en absoluto. Y claro está: si allí no se ha movido una sola piedra, que alguien de la Junta salga a explicar dónde diablos han ido a parar esos 1.500 millones de pesetas ingresados en los últimos años por la región mientras dejamos a la Justicia actuar tranquilamente para fijar la condena penal que merezca el responsable político medioambiental al que le ha desaparecido de las manos tanto dinero...
¿Se imaginan que un día de éstos un recio ciudadano almonteño se envalentone y coja la calculadora científica que admita más dígitos para echar cuentas de la montonera de millones y millones de euros que las administraciones públicas llevan invertidas ya en el Parque Nacional de Doñana? «¿Y dónde se ha gastado todo este dineral, si aquí no se ha partido una ramita?», se podría preguntar esa alma más estúpida que cándida antes de emprender el camino a los juzgados para hacer el mayor de los ridículos, siguiendo los pasos de ese propietario de la sierra granadina que tan escocido anda desde que le dijeron que en su finca no se podía montar una cantera.
La millonada que se destina a la conservación medioambiental es siempre difícil de justificar, porque evidentemente no es algo que se traduzca en carreteras o puentes. Ése era el gran riesgo que arrostraban este tipo de políticas. Pero, a base de aumentar progresiva y aritméticamente las partidas, la ciudadanía onubense en su conjunto ha terminado asimilando —por fortuna— que la naturaleza es un lujo carísimo y que algo tiene que tener ese dinero invisible para que la calidad de vida de los pueblos del entorno de Doñana haya mejorado objetivamente sin necesidad de que ningún loco le metiera fuego al Parque.
Pese a estar rodeados de madrigueras de conejos (bien que lo saben los cazadores, algunos de postín), los vecinos de El Granado no terminan sin embargo de ver las ventajas de que su pueblo haya sido declarado enterito zona LIC para soltar linces y águilas imperiales en un par de décadas si prospera la cría en cautividad de estas especies a punto de extinguirse. Y ese desconocimiento puede resultar medioambientalmente letal. Así pues, si la decisión es montar una Doñanita a orillas del Guadiana, que sean consecuentes la UE, Narbona, la Junta y Barrero. Que empiecen a llover millones invisibles a espuertas en lo más recóndito del Andévalo; hasta hacer un Almontito sin derecho a revisar jamás su PGOU.
DIFÍCIL DE ENCAJAR
¡¿Pero qué alternativas?!
Lo decían los empresarios de la zona a mediados de semana: el principal problema del frenazo al macroproyecto turístico de El Granado es realmente lo que puede llevar aparejado para todos esos municipios ribereños con el Guadiana que no se han desarrollado aún urbanísticamente. En efecto, hay muchos proyectos pendientes de calificación por parte de la Consejería que dirige Fuensanta Coves. Y si en el PSOE siguen así de tajantes con todo el espacio catalogado desde este verano como zona LIC (52.000 hectáreas, que a ver quién las recorre a pie), lo más probable es que por estos pueblos dejados de la mano de Dios no se vuelva a asomar ningún inversor en la vida... Seguro no, segurísimo que alguien saltará diciendo que hay otras alternativas para el pleno desarrollo del lugar mucho menos salvajes que el ladrillo. Sí, claro, ¡salta a la vista!, ¿verdad?... Pero vale, no seamos demagogos: la verdad es que una se conoce y no les está yendo mal a los pocos que han empezado a explorarla. Nos referimos, claro está, a la cinegética que tanto gusta a los señoritos de antes y a los de ahora. Pero si por allí terminan soltando águilas sin envenenar y linces que nos han costado billones, ¿adiós escopetas también?
Quien parte y reparte el bacalao ahora mismo en el PA de Lepe es el antiguo asesor de Urbanismo y hoy gerente de Lepe Iniciativas, Paco Vélez. Tras el nombramiento de Manuel Jesús González como alcaldable andalucista, Vélez está incluso imponiéndose dentro del área de Urbanismo a José Manuel Jurado, y ello pese a que éste sigue siendo el primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento que preside el popular Manuel Andrés González. En el entorno del PA se comenta que la caída de Jurado le ha dejado a Vélez la vía expedita para gestionar la empresa pública del suelo a sus anchas, y que su cuñado, arquitecto de profesión, está siendo uno de los grandes beneficiarios. ¿La prueba? Las obras que está dirigiendo en la urbanización de La Gaga... Y mientras tanto, ¿qué hace el candidato González? Pues básicamente viajar. Si hace poco estuvo en Orense y Baeza, ahora piensa desplazarse hasta Granada en otra de las excursiones sociales que organiza su área... ¿Entienden ahora la pena de tanto veterano andalucista al ver cómo el partido está dejando de ser una familia unida hasta en lo consanguíneo para convertirse en una familia puramente política a la que sólo une unos intereses más particulares que comunes?
PIEZAS PERDIDAS
2) Sorpresa entre los socialistas valverdeños: «¿Cómo es que todo el partido salió en defensa de Pepe Juan Díaz Trillo cuando un juez le citó como imputado por lo de los móviles del Ayuntamiento de Huelva y nadie ha salido ahora a dar la cara por Cejudo?
3) ¿Qué concejal del PP se cae de la lista de Rodri según todas las quinielas?
Etiquetas: Andévalo, Cejudo, Ecologismo, El Granado, Lepe, Pedro Rodríguez, Pepe Juan, Valverde, Villarrasa
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