Me preguntan si Pepe Cejudo no puede ser el tapado del PSOE de cara a las elecciones municipales de la capital; si, aparte de los consabidos (Trillo, Cinta, Manuela e Isaías), el alcalde de Valverde no podría optar a la Alcaldía de Huelva valiéndose del trampolín de la Diputación. Los que especulan con esta salida natural para el número dos del socialismo onubense recuerdan que en Sevilla -la única capital de provincia gobernada por los del puño y la rosa- Alfredo Sánchez Monteseirín siguió esos mismos pasos para romper la alianza entre populares y andalucistas, pero a estas alturas de la película la opción Cejudo se antoja inviable. Hace seis años, cualquiera estaba en su perfecto derecho de hacer cábalas respecto a la posibilidad de que el presidente de la Diputación abandonara el Consistorio andevaleño para empadronarse en Huelva y centrarse en ser la alternativa de Pedro Rodríguez. Es más: a la vista de lo acontecido el 25 de mayo de 2003, pocos discutirán que ésa pudo ser una opción mucho mejor que la de mantener a Pepe Juan de candidato. Si acaso, los partidarios de Díaz Trillo alegarán -y no les faltará razón tampoco- que el fallo estratégico estuvo realmente en no convertir al líder de la oposición en la capital en el sustituto de Domingo Prieto en el Ayuntamiento de los ayuntamientos; pero pelillos a la mar, que estamos en febrero de 2006 y faltan sólo 15 meses para que el electorado decida. ¿Por qué Cejudo no? Pues básicamente por haber perdido la mayoría absoluta en su pueblo en las pasadas elecciones, un hecho bastante inesperado a nivel orgánico y que demostró a las claras la creciente vulnerabilidad del dirigente del PSOE. Aparte, hay que constatar que en la capital son muchos los que ya lo tienen calado y que, por ello, su proclamación como alcaldable en modo alguno resultaría pacífica. Es innegable que ocupa el mejor sitio para poder pugnar con Rodri por la Alcaldía, pero esta aseveración cada día suena más a reproche, por no haber renunciado hace año y medio al trono en favor de Manuela Parralo. A Cejudo se le caduca ya el yogur municipalista (ahí lleva liado 23 años) y su salida es, o bien un escaño en el Congreso, o bien los sobresueldos, blindajes y dietas de la caja de cajas andaluza. Eso está tan claro como que, si Saldaña termina siendo el ungido por Sevilla (que es la que va a tomar la decisión final; ni lo duden), tendrá de antemano asegurada, al igual que Paulino Plata en Málaga, la presidencia de la Diputación para el caso de que la mayoría absoluta del PP resista su irrupción en la política capitalina.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 15 de febrero de 2006
Etiquetas: Cejudo, Diputación de Huelva, Isaías Pérez Saldaña, Manuela Parralo, Pedro Rodríguez, Pepe Juan
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio