07 junio 2006

Al carajo

Tardará días o puede que incluso meses (pocos en todo caso, y sólo porque se nos echa literalmente encima el verano), pero el «pacto de progreso» de PSOE e Izquierda Unida va a acabar saltando por los aires también allí donde terminó de forjarse tras las elecciones municipales de 2003. Hablo de mi pueblo, de Valverde del Camino, evidentemente. Después de que hace un par de semanas Francisco Rodríguez Donaire y sus concejales le aprobaran los presupuestos municipales a Pepe Cejudo, éste ya no necesita imperiosamente para nada los votos de la coalición de izquierdas. Y como por ley ya es imposible montarle una moción de censura al alcalde y presidente rociero de la Diputación Provincial, a estas alturas lo aconsejable tanto para socialistas como para izquierdistas no es sino alejarse los unos de los otros con el objetivo de que los electores no crean que son la misma cosa y que hay que votar al PP para que definitivamente algo cambie en ese Ayuntamiento. El rito ancestral, la danza del adiós definitivo ya ha comenzado, con música de bolero y reproches hilarantes. Los mejores, sin duda, se han oído en el pleno municipal durante el debate de esa moción tipo (ya fue presentada en el Parlamento por IU, a través del diputado jiennense José Cabrero) en defensa del buen nombre de los productores olivareros, acusados sin medias tintas desde el Gobierno central y la Junta de que el virgen extra haya alcanzado unos precios prohibitivos. No me digan que no tiene su guasa que, en tres años, el primer enfrentamiento a cara de perro entre las bancadas del Partido Socialista y de Izquierda Unida sea por el aceite, cuando en Valverde no hay una sola almazara a la que se pueda entender que se le esté acusando veladamente de estafa desde las instituciones socialistas, de modo que los vecinos van a aprovisionarse del oro líquido a Candón, Beas, La Peñuela o Niebla, aunque para cualquier desavío Pepe Moya mantiene abierta durante los 365 día del año una sucursal en el céntrico Roa Roa...
***

Se confundieron de pe a pa los que, como el popular Juan Carlos Lagares, alcalde de La Palma, vaticinaron en su día que el «pacto de progreso» iba a durar menos «que un bocadillo de chorizo en la puerta de un colegio» (sic). Quizá porque en 2003 nadie podría imaginarse que PSOE e IU podían acordar hasta el modo de mandarse al carajo mutuamente.
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 7 de junio de 2006

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