Pudor moguereño

Hay un problema serio de pudor entre los principales actores de la política moguereña que está marcando toda la precampaña electoral. Un problema que, además, no se va a poder resolver hasta que el electorado vuelva a dejar en tablas la cosa y los concejales electos de PP, PSOE, PA, Avema y probablemente hasta el candidato del PIM puedan parapetarse en la responsabilidad institucional para repartirse como vayan pudiendo un lecho municipal donde no caben cinco. Todos se quieren presentar como castos y puros ante los votantes, pero como la gente se acuerda de la Sodoma en que se convirtió la vida política de Moguer tras las elecciones de 2003, a lo que terminan jugando es a demostrar quién es el menos célibe de la reunión, lanzándose veladas acusaciones de que a fulanito lo han visto comprometiéndose ante notario a poner todo el inmobiliario de Mazagón a nombre de menganito en cuanto le dé el «Sí, quiero» o de que si zutanito y capelito se estuvieron cuchicheando al oído obscenidades ante un impávido señor de Telde... Es lo que yo les estoy diciendo: que, a un mes de la apertura de las urnas, cierto pudor democrático impide a los candidatos moguereños reconocer abiertamente ante sus conciudadanos que es poco menos que imposible que haya mayorías absolutas en una localidad tan de castas como ésa, de modo que, nada más comiencen a sonar las primeras notas del baile de los pactos, no les va a quedar otra que salir a la pista a arrimarse a la más rumbosa para ver qué pueden agarrar sin llevarse el bofetón. Podrá ser políticamente incorrecto decir a estas alturas que, para garantizarse el gobierno, a los socialistas no les queda más remedio que confiar en que el PIM no rompa la unidad de voto en Mazagón y en poder seguir cargando de informes favorables el expediente de segregación, pero ciertamente es lo más lógico, por muchos aspavientos que hagan Manolo Batista y Mario Jiménez. Igual que no se querrá explicar la caída del popular Álvaro Burgos al quinto puesto de la lista de Juanjo Volante como un guiño al PA, que por mucho que pueda retroceder electoralmente a favor del PP, parece que a finales de mayo obtendrá la llave de gobernabilidad que ya recibieran los andalucistas hace cuatro años. Si impera la lógica tras el 27-M, no habrá mucho más margen para el acuerdo o para el chanchullo, llámenlo como mejor les parezca. Si no, de lo que pase allí más de uno tendrá que rendir cuentas ante el Altísimo, ése que el día menos pensado nos manda un par de ángeles flamígeros para poner punto y final a tanto impudor político.

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 25 de abril de 2007