Sarkozy y Calimero

Como un día bautizamos a Manuela Parralo como la Ségolène Royal de la política onubense, ha sido pegarse el leñazo la candidata socialista a las presidenciales francesas y empezar a querer ver algunos en Pedro Rodríguez al Nicolás Sarkozy del PP, cuando en realidad a Perico se le está poniendo una cara de Chirac que no puede con ella y amenaza abiertamente con retirarse a su casa tras agotar todos los mandatos que le vaya dando la real gana. Es más: hasta que no se hizo pública la candidatura popular, a lo que en realidad le tenía miedo la gente del PSOE era a que Rodri se buscara un Sarko, un sustituto de garantías para ponerlo en un lugar visible de su lista (en un guiño para todo ese votante del centro-derecha y del centro-izquierda que lleva años votando al candidato del PP, pero que sabe también que no es bueno que los mandatarios se eternicen en el poder) e irle instruyendo en los secretos de la política municipal, quién sabe si para dejarle las riendas a mitad del mandato y hacerle ese favor al partido de allanar la sucesión. Pero don Pedro no lleva al sucesor en su candidatura, seguramente porque él dirá para sus adentros —y para sus afueras— que, si por un lado la dirección regional tiene tan claro que su figura es imprescindible para la organización en Huelva, y si por el otro los ciudadanos onubenses vuelven a votarle masivamente para gobernar otros cuatro años, él no tiene más remedio que apechugar en primera persona con ambas exigencias hasta 2011. Hay otra teoría que se me antoja más plausible en términos políticos: en realidad, a nuestro Chirac (por cierto: muy mala prensa le ha hecho el alcalde de Palos, Carmelo Romero, al originario) no se le puede culpar de no llevar a un verdadero Sarkozy en los 14 primeros puestos de su candidatura. Él apostó por gente joven cuando se hizo con la Alcaldía. Eran los famosos JASP, los jóvenes aunque sobradamente preparados de Rodri, varios de los cuales continúan en la lista del PP capitalino correspondiéndoles en muchos casos carteras municipales de categoría que, durante 12 años, bien podrían haber utilizado para ganar en magnetismo electoral y orgánico. El que más peso político ha asumido en este tiempo es Curro Moro, quien sin embargo insiste —cada vez que le preguntan al respecto— en que hará las maletas en cuanto se vaya Rodri. El problema, en suma, es que hay mucho Calimero suelto en el PP que se agarra al cascarón de huevo para no asumir jamás ciertas responsabilidades. La ventaja, que Manuela volverá a presentarse en 2011 y, para desplumar a esa Priscilla, quizá valga cualquier pollo.

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 14 de mayo de 2007