La última

“Se me están pasando por la cabeza muchas cosas, y a mí sí que no me importa tirar de la manta”. La ex popular Adela Romero, que fuera primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Niebla hasta que dijo un ‘por ahí no paso’, amaga con dejar destapado al regidor iliplense, el andalucista Francisco Viejo, a menos de un año de las elecciones municipales. Este último le acaba de acusar veladamente de haberse llevado al bolsillo 5.000 euros descontrolados de la caja de Festejos, y Adela ahora ha dicho ‘esto sí que no’, porque se está manchando su imagen “sin ningún tipo de argumento” y sin que tampoco nadie del Partido Popular haya tenido a bien mover un solo dedo en su defensa. En definitiva, y por resumirles la situación, la que fuera candidata del PP en las elecciones de 2003 constituye el Grupo Mixto, anuncia que volverá a concurrir pero encabezando una lista independiente, se querella por injurias y calumnias contra el primer edil del PA, solicita un pleno extraordinario, urgente y monográfico sobre el destino del dinero desaparecido y ya tenemos la primera crisis política estival, ¡lo que le faltaba al Ayuntamiento de Niebla! Como sigan las cosas por estos derroteros (y no tiene pinta de que vaya a cambiar, para qué engañarnos), la ciudad condal por excelencia volverá a tener alcalde socialista en menos que canta un gallo. Probablemente les baste con no presentar como número uno a la antigua diputada provincial Laura Pichardo. Porque de Viejo ya se empieza a rumorear hasta que podría optar por no competir en 2007 por el sillón presidencial del Consistorio, posibilidad que yo particularmente pondría en cuarentena pero que no me cabe la menor duda de que el parlamentario andaluz del PA, Miguel Romero, utilizaría (llegado el caso) contra la nueva gente de la dirección provincial andalucista. Del PP se comenta que lo puede tener ciertamente crudo para completar una lista encabezada por el Opositor Joaquín Molina, más aún si en frente tiene a Adela. Pero permítanme que trascienda de la esfera local. Porque puede ser un buen momento para analizar los resultados de la política de pactos entre populares y andalucistas que impulsaron el citado Miguel Romero y el resucitado Curro Pérez tras el 25-M, cuando se les presentó una oportunidad histórica de voltear el mapa político onubense que terminaron desperdiciando por las cuitas municipales. Ahora vivimos con el problema residual (o principal, según se mire) de la desazón que ha generado esta intentona en muchos militantes del PP, sobre todo en aquellos pueblos donde la sintonía con los alcaldes del PA ha sido nula desde el principio. Hay quienes han tenido que comulgar con ruedas de molino casi a diario. Y Adela habrá sido la última en cerrar el frasco de los sapos, pero son muchos más.

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 12 de julio de 2006