05 julio 2006

Maldito maldito

Todo demócrata debería asumir con agrado que José Pablo Vázquez Hierro, el presidente de la Mesa de la Ría y ex decano del Colegio de Arquitectos de Huelva, haya reconocido formalmente a este diario que tiene la firme decisión de presentarse como candidato a las elecciones municipales de 2007 de la capital onubense. Que en una ciudad de 145.000 habitantes (o 145.001 tras el fichaje de la socialista Manuela Parralo) haya germinado un movimiento de base cívica capacitado para armar una candidatura electoral con el ánimo de plantar cara a los perennes partidos tradicionales puede ser el summum de la democracia, a ver por qué no. Aparte, tengo el pálpito (no sé si inocente en exceso) de que a este amante del tabaco en pipa le dan exactamente tres pepinos causarle más daño electoral al PSOE que al PP con su atrevimiento, y ésa es una de las razones para que yo al menos no vea tan claro quién podría estar realmente interesado en pagarle la cartelería a unas personas que se han creído el rollo ácrata de que unos cuantos conjurados pueden voltear todo un sistema económico desde el pleno de un ayuntamiento. ¿Piensa el PSOE que los votantes de Vázquez Hierro saldrán de la mayoría absoluta del PP? ¿Concluye la derecha que la oposición a la industria química sólo atrae y disgrega a los votantes de izquierda? Los pequeños, IU y PA (de Los Verdes de Güito ya ni hablamos), saben bien que son los peor parados con la inevitable atomización del voto, así que me dejaré de preguntas retóricas sobre las dos formaciones que se querían repartir la banderola ecologista que a ver quién es el guapo que le quita ahora al arquitecto-candidato... De lo que me alegro, en definitiva, es de lo que se está animando el cotarro. Es indudable el morbazo de ver un debate con Vázquez Hierro y Pedro Rodríguez o cara a cara entre José Pablo y la Parralo (hace ya tiempo que el PP descartó el formato de cuatro contra uno, que ahora además sería un suicida cinco a uno), que dejaría en el centro de la discusión política el futuro más inmediato de las industrias ubicadas en la Avenida Francisco Montenegro. Pero que se preocupe el padre intelectual y espiritual de la Mesa de la Ría por salir en las fotos, radios y televisión, porque ya se sabe que todo aquello que no se ve no existe. Y a partir de ahora me da en la nariz que se va a sentir más solo que la una. Enfrentarse a toda la clase política, institucional y económica (tanto en su faceta sindical como en la empresarial) tiene esas cosas. No se puede ir de maldito por la vida sin tener una vida de maldito.

Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 6 de julio de 2006

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