18 julio 2009

Titulares artísticos y calificativos alternativos

Titular es un arte periodístico semitaurino en el que prevalece la media estocada, para que los subalternos terminen encargándose de apuntillar al bicho. En el Valverde 15 Días que aún sobrevive en los revisteros del pueblo, se abría a cuatro columnas con que «Los comerciantes ofrecen una hora y media de parking gratis a sus clientes».
Cabría destacar la modestia del Ayuntamiento al atribuir a la firma del Vasco (Juan Antonio García Villadeamigo, felizmente recuperado de un buen susto) poderes suficientes para donar los aparcamientos subterráneos del parque a todo el que, por hambre o coquetería, tenga que asomarse a La Calleja para comprar el sagrado salchichón del Coco o un Viceroy en la Joyería Moreno.
La oferta, en puridad, se supone que sólo podría hacerla Francisco Urbano, el dueño de la empresa Godosa (la autora material de las cocheras), que no sé si sabrán que también es líder de la patronal constructora provincial y, casualmente, marido de la gerente de la empresa municipal Givsa.
En su detrimento, lo lógico es que fuera el Consistorio el que presumiera de haber obrado el milagro de que, tras una obra privadísima que no le va a costar un duro al pueblo de Valverde, encima se termine dejando aparcar durante años de balde a todo el que quiera darse un paseíto y ver los escaparates de Monca antes de agenciarse un buen helado de vainilla en El Valenciano para hacer más llevadera la vuelta.
Eso sería lo logico, pero no: se pone por delante al comercio de Valverde y a su satisfechísimo líder, que sincero como él solo resalta el carácter «pionero» de la iniciativa. También podría calificarse de 'inédita'. Y el titular del 15 Días, directamente de 'inefable'.
Pero lo mejor de la revista es el recuadro que han colocado debajo del editorial y de Cabrujas sobre las fiestas del año que viene en La Venta de las Tablas. Eso de «el teniente primero de Alcalde de este ayuntamiento D. Francisco Rincón» es poco menos que 'insuperable'.

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11 julio 2009

Cuestiones caballeras

Les falta caballerosidad, a espuertas. Le preguntaron esta semana a Mario Jiménez si el PSOE de Huelva había pagado un solo céntimo a la Diputación por utilizar la sede del antiguo hotel París para un acto partidista, y el ya no tan joven político moguereño se encogió de hombros. Uno o dos días después, su partenaire, el secretario de Organización de los socialistas onubenses, Ignacio Caraballo, se remitió a lo dicho por el líder provincial, como si hubiera sido ya suficientemente esclarecedor.
Lo siento mucho pero no, señores. Esa respuesta no vale en boca de un socialista o de un demócrata. Al menos, tenían que haber dicho: «Mire usted, ahora mismo no tengo ni papa, pero evidentemente tiene que habernos costado algo y, si la cantidad que sea aún no se ha pagado, tenga por seguro que la abonaremos ipso facto, como no podía ser de otra manera»... Un caballero, en definitiva, se saca la cartera del bolsillo y pregunta cuánto se debe. Lo demás es gorroneo y punto.
También me habría valido que la dueña del bar —esto es, la presidenta tanto de la Diputación como del PSOE andaluz, Petronila Guerrero— hubiera dicho que en realidad no se debe nada, porque qué más da que se ceda gratuitamente a un partido político parte de las dependencias de la subsede para un día y un acto puntual. Pero en tal caso hasta los de Democracia Nacional iban a pedirle las llaves a la doña para celebrar sus conciertos puntuales, y a ver quién le dice que no a un rapado.
Lo dicho: les faltó caballerosidad a Mario y a Caraballo. Pero es que no sólo les salen gratis los trajes a medida a la clase política patria.

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10 julio 2009

Miserable orgullo patrio

En la impar acera de la sevillana Avenida de la República Argentina, a la altura de una cafetería que hace esquina, pasa las tardes de calor desde hace algunas semanas un pedigüeño con un cartelón donde ruega una ayuda limosnera a todo el que camina por allí. En los últimos días, ha acotado con bolígrafo azul al pie de cartón una advertencia conmiserativa: «Soy español». O sea, que, señores míos, no confundan este aspecto desgarbado con el de un rumano cualquiera, que seré pobre y borrachín como el que más, pero carpetovetónico... Mi duda es si este desgraciado aclarará en su descargo que lo parió una autóctona por simple prurito personal o porque se haya orientado bien sobre los gustos de su potencial clientela caritativa, harto quizá de que lo manden a gritos a trabajar a la Europa más oriental. En todo caso, su apunte ofrece una perspectiva distinta y original del racismo nativo.

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