20 agosto 2006

EL TENDERETE DE LOS DUROS BARATOS

EL ROMPECABEZAS ONUBENSE
LAS PIEZAS DEL PUZZLE
El tenderete de los duros baratos



El marqués don José de Salamanca y Mayol fue un banquero malagueño «muy salao» que, a mediados del siglo XIX, se había convertido en el hombre más rico de este país, valiéndose —evidentemente— de todas las artes imaginables para ello. Como ministro de Hacienda, los españoles le debemos las primeras líneas telegráficas y los primeros ferrocarriles, así como el aristocrático barrio de Salamanca en la Villa de Madrid que sigue honrando su nombre. Sin embargo, se le recuerda principalmente por una leyenda apócrifa que, de hecho, también se atribuye al pintor y escritor catalán Santiago Rusiñol.
Cuentan que una mañana don José tuvo la feliz ocurrencia de instalar en la Puerta del Sol una mesita sobre la que depositó grandes cantidades de duros amadeos y alfonsinos de buena plata de ley; blancos, sonoros y limpios como soles. También colocó un gran letrero en el que se podía leer: «Duros a cuatro pesetas».
Miles de personas pasaron junto al tenderete mientras él las escudriñaba discretamente divertido. Muchos observaban de reojo el letrero y seguían su camino con las mismas. Algunos se detenían y contemplaban con evidente recelo la colección de relucientes y frescos duros. Unos pocos los manosearon, y hasta hubo quien llegó a mordisquear las monedas, pero ninguno aceptó el trato que el banquero les ofrecía.
Duros a cuatro pesetas es lo que dice el PP que le vendió el Ayuntamiento de Punta Umbría al empresario Alfredo González en los últimos meses de mayoría absoluta del PSOE, para terminar de recompensarle así por el chasco de esos 13 hoteles que amenazaban con aniquilar los pinares de La Bota. Se han hecho cuentas aproximativas y sale que, con el convenio urbanístico pactado entre Pepe Hernández Albarracín y el dueño del Barceló, este último se ahorraría más de 51 millones de euros, en torno a los 9.000 millones de pesetas, lo que no está nada mal.
Así las cosas, las populares Amelia Gallardo y Carmen Céspedes se han pasado la semana preguntándole retóricamente al socialista Javier Barrero que dónde está el dinero. Para mi sorpresa, los únicos que han salido hablando por ahí son la parlamentaria y senadora Cinta Castillo —para cuestionar por qué Javier Arenas se llevó a la ejecutiva regional del PP a José Luis Rodríguez en vez de dejarlo en Gibraleón (?)— o ese anónimo grupo municipal del PSOE (¿cuándo asumirá Gonzalo Rodríguez Nevado los galones de candidato aprovechando su condición de concejal?) que un día se atreve a acusar a Hernández Cansino de haber impuesto la «meritocracia» (sic) en el Ayuntamiento (menudo nivelito el de la oposición puntaumbrieña) y al siguiente se pone a rebuscar en el baúl de la Pantoja el poder insidioso de la bata de cola.
Ramón y Cajal decía que, de todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y económica era el silencio. El delegado del Gobierno andaluz, Justo Mañas, podría haber desmentido las acusaciones nada veladas de que la Junta se cruzó de brazos mientras los socialistas de Punta Umbría plantaban su mesita en la calle Ancha y vendían a cuatro pesetas los duros más relucientes de la Costa onubense a un hombre confianzudo. O Francisco Javier Mateo Vico, sobre el que pesan acusaciones mucho mayores que tampoco han sido negadas con la puntualidad que requería el asunto. ¿O no?


DIFÍCIL DE ENCAJAR
¡Ah del castillo!

El andalucista Francisco Viejo, alcalde en minoría en el Ayuntamiento de Niebla tras la venganza de la tránsfuga popular Adela Romero, ha pasado estos últimos días de crucero por el Mediterráneo donde probablemente habrá estado dándole alguna que otra vuelta más a la cabeza sobre cómo mantenerse en el sillón presidencial hasta las elecciones municipales de la próxima primavera, donde parece ser que terminará quemando todas sus naves. Sin el aliciente de un sueldo ni dinero en la caja municipal para poder pagar a la plantilla del Ayuntamiento ni a los proveedores a cortísimo plazo, cada día tiene más asumido el papel de mártir del sectarismo político de los socialistas, que aprietan y ahogan al enemigo desde las instituciones más poderosas como puede ser la Diputación Provincial. En cualquier caso, que no se confíen la gente del PSOE local que tan divertida sigue los movimientos de Fran Ligero, Laura Pichardo y Juan Garrido para ser el candidato. Viejo ya lleva tres años de alcalde, y eso es tiempo suficiente para tratar con hombres muy influyentes en las altas esferas que pueden hacer recapacitar a la gente del aparato provincial sobre la probidad del regidor iliplense. Hablo, en concreto, de cierto ex consejero que visitó recientemente el castillo...

Las expectativas de IU

Las grandiosas expectativas electorales que la dirección provincial de Izquierda Unida asegura tener depositadas en las comarcas de la Cuenca Minera y la Sierra no van más allá en realidad de la obtención de sendas mayoría absolutas en Zalamea la Real y Cortegana, donde Marcos Toti y Antonio Marín, respectivamente, confían en hacerse fuertes para seguir gobernando como poco hasta 2011. El «pacto de progreso» de Valverde va a tener como coste directo la pérdida del sillón que ocupa en la Diputación Francisco Rodríguez Donaire, de modo que el PSOE se hará con los tres asientos en liza en tierras andevaleñas, mientras que en la zona serrana la coalición, con o sin Encinasola, no tendrá nada que hacer —el PP tampoco, si me apuran— mientras el traidor de Manolo Guerra siga con los socialistas, por mucho que Antonio Maillo esté trabajando mucho y bien para ser un candidato a tener en cuenta a medio plazo. Con un canto en los dientes, insisto, se dan Pedro Jiménez y Diego Valderas con que Toti y Marín puedan tranquilamente gobernar en solitario en cuestión de meses, para lo cual tendrán que trabajar los cuatro con entusiasmo responsable. Por lo demás, a rezar para que Perico Rodri pierda la mayoría absoluta y para que el PSOE les necesite aritméticamente.

PIEZAS PERDIDAS

1) ¿Cuándo se romperá el «pacto de progreso» a nivel provincial como preveía Pedro Jiménez hace sólo unos meses? ¿O es que finalmente se piensan presentar cogiditos de la mano PSOE e IU a las elecciones municipales de 2007? ¿A quién le beneficiaría esa estrategia aparte de a los bolsillos de los de siempre?

2) Ojo a los terrenos comprados en los últimos años a precio de saldo por gente muy próxima al partido en ese próspero pueblo que está a punto de revisar su PGOU...

3) Preguntado por una mala lengua del PP: «¿Cuándo fue la última vez que Pedro Rodríguez intervino en un acto como presidente provincial?».

4) Oído en el PSOE: «La limpia que hará Manuela Parralo en su lista va a ser mayor de lo que piensan algunos concejales del grupo municipal».
Publicado en EL MUNDO Huelva Noticias el 20 de agosto de 2006

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